Editado bajo el sello Lumen, se publica la
Intemporalidad perdida, obra temprana de Anaïs Nin.
“Estoy cansada de buscar una filosofía que concuerde
conmigo y con mi mundo, quiero buscar un mundo que concuerde conmigo y con mi
filosofía”.
Escritos cuando tenía unos veinticinco años y vivía en Francia con su marido,
el poeta y banquero norteamericano Hugh Parker Guiler, estos dieciséis relatos
inéditos en castellano sorprenden por su madurez y frescura, a la vez que
muestran ya los dos elementos que luego se afianzarían en su obra —la ironía y
el feminismo— y también sus obsesiones —el deseo femenino, la sexualidad, el
adulterio, la belleza y el retrato de una masculinidad tan deslumbradora como
tóxica—.
Algunas de estas historias están protagonizadas por
claros alter ego de Nin; otras, por apasionadas bailarinas de flamenco,
misteriosos extranjeros, músicos...
Poco después de escribir estos cuentos, Nin conocerá a Henry Miller, que diría
de ella: «Cuando trato de imaginar de quién es deudor tu estilo, me siento
frustrado, no recuerdo a nadie con el que tengas el más ligero parecido.
Me recuerdas únicamente a ti misma». Melancólicos y
punzantes, revelan ya a una gran autora que hizo saltar por los aires las
convenciones literarias y sociales de su época.
La crítica ha dicho:
«En estos escritos vemos las ganas de comerse el mundo [de Anaïs], descubrimos su
imaginación desbordante y también su ingenuidad -incluso el miedo a ella
misma-. Nos llevan al comienzo de todo: de su ironía, de su sexo y de conocerse
como mujer. Relatos breves, pero poderosos, [...] melancólicos y punzantes.
Ahí comenzó la gran autora que hizo saltar por los
aires las convenciones literarias y sociales de su época», Susana
Santaolalla, El Ojo Crítico
«[Nin] tiene perlas aún desconocidas en castellano. Estos relatos [...] son el
embrión de una escritora que explotaría muy poco tiempo después», Paula
Corroto, El Confidencial
«Su prosa es tan elaborada, atrevida y precisa que no sería descabellado
compararla con Proust», The Times Literary Supplement
«Si hay una autora que fue a través de la escritura, en quien vida y literatura
son del todo inseparables, es Anaïs Nin», Najat El Hachmi, El Periódico
Anaïs Nin nació en París en 1903. Hija de artistas, residió a lo
largo de su vida en Cuba, Nueva York, París y Los Ángeles, ciudad en la que
falleció en 1977.
A los once años empezó a escribir sus diarios, una
tarea que no abandonaría jamás, llegando a acumular más de 35.000 páginas
manuscritas. Fueron precisamente estos cuadernos, recopilados en varios tomos
—dos de los cuales han sido publicados en España con el título Diarios
amorosos —, los que la erigieron en un referente absoluto de la narración
íntima, o, en palabras de Julio Cortázar, «de esa literatura marginal que cada
día me parece más bella». La obra narrativa y ensayística de Anaïs Nin es
amplia y poderosa.
Entre sus obras destacan Delta de Venus , su
novela más célebre, escrita por el encargo de un coleccionista pornógrafo; y
los libros de cuentos En una campana de cristal , Pájaros de
fuego —cuyo universo se ha adaptado para la serie de
televisión Little Birds en 2021— y La intemporalidad
perdida y otros relatos (Lumen, 2021), que escribió entre 1929 y
1930 y había permanecido inédito en castellano hasta ahora.
Anaïs Nin fue pionera en el retrato descarnado de la sexualidad de las mujeres del siglo XX, lo que la convirtió en una piedra angular para muchas escritoras que hoy la reivindican como una maestra.