Pilar Quintana. (c) Manuela Uribe |
El jurado, presidido por el escritor
Héctor Abad Faciolince, y compuesto por las también escritoras Ana Merino e
Irene Vallejo, la directora internacional del Hay Festival, Cristina Fuentes La
Roche, el periodista y escritor Xavi Ayén, el librero de Nollegiu (Barcelona),
Xavier Vidal, y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), directora editorial de
Alfaguara, ha declarado ganadora la novela por mayoría.
El jurado ha destacado que Los
abismos «se adentra en la oscuridad del mundo de los adultos a través del
punto de vista de una niña que, desde la memoria de su vida familiar, intenta
comprender la conflictiva relación entre sus padres.
Con el telón de fondo de un mundo femenino
de mujeres atadas a la rueda de una noria de la que no pueden o no saben
escapar, la autora ha creado una historia poderosa narrada desde una aparente
ingenuidad que contrasta con la atmósfera desdichada que rodea a la
protagonista. Con una prosa sutil y luminosa en la que la naturaleza nos
conecta con las posibilidades simbólicas de la literatura, y los abismos son
tanto los reales como los de la intimidad.»
En esta convocatoria se han recibido 2428
manuscritos, de los cuales 1293 han sido remitidos desde España, 419 desde
Argentina, 259 desde México, 187 desde Colombia, 88 desde Perú, 74 desde
Estados Unidos, 73 desde Chile y 35 desde Uruguay.
En la trama de Los abismos, una niña
contempla con una agudeza y una sensibilidad extraordinaria el conflictivo
matrimonio de sus padres. Entre la actitud desdeñosa y las confidencias
imprudentes de ella y la amargura y el silencio obstinado de él, intenta
construir la realidad que la rodea, conjeturando, adivinando,
interpretando lo que no se dice, o lo que se dice a medias.
La vida de Claudia transcurre con
normalidad en Cali, una infancia sin preocupaciones, como tantas otras, porque
todas las familias felices se parecen. Pero como cada una es infeliz a su
manera, de repente irrumpe en la ecuación alguien ajeno a ella que acaba con la
armonía. Y entonces ocurre: la vida se convierte en otra cosa cuando se quiebra
la línea recta del camino, desbaratada en favor de esos monstruos sin nombre,
martilleos constantes hacia la agonía de sufrir cada minuto y acariciar los
abismos, fríos, crueles, invisibles y despiadados.
Con el telón de fondo del estrecho universo femenino formado por mujeres acomodadas a su vida, que no pueden romper con una educación de otro tiempo, Pilar Quintana ha construido una novela intimista, con una voz narradora deslumbrante en su ingenuidad que, desde la memoria del hogar, conduce al lector por las obsesiones que pueblan la niñez de la que la protagonista se está despidiendo.
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