Mientras el Mineduc dispuso de $7 mil millones para adecuar colegios y asegurar el retorno a las clases presenciales y con la discusión puesta en si será posible o no volver el 1 de marzo, lo cierto es que hay datos de la OCDE que son preocupantes: sólo el 5% de los adultos en Chile con educación superior, tiene un alto nivel de comprensión lectora, mientras que el promedio en este grupo de países alcanza un 21%.
Un antecedente que se suma a los de un
estudio de GFK sobre la frecuencia en la lectura de libros, donde se entrevistó
a más de 15 mil personas de 22 países. Un 59% de otras naciones aseguró
leer al menos una vez por semana, cifra que en el territorio nacional llegó al
40%.
Y aunque una investigación realizada por
Cerlac-Unesco mostró que tras los argentinos (70%), los chilenos son los que
más libros leen en la región (un 51% dice hacerlo y a un promedio de 5,4 libros
al año) hay un elemento que nos diferencia: los chilenos no leen por
gusto, sino por obligación, principalmente, por razones académicas y laborales.
Poco tiempo libre, exposición y acceso a
las tecnologías, precio de los libros, etc. Muchos pueden ser los motivos para
no hacerlo, sin embargo, los especialistas en educación señalan que éste es un
hábito que se debe cultivar desde edades tempranas, “pues posee un sinfín
de beneficios, como potenciar la imaginación, ayuda a aprender, a comprender
mejor, a divertirse autónomamente y favorece la capacidad de concentración”,
según lo explica María José Howard, directora académica de la red de colegios
Cognita.
Por eso, acá nos deja 5 consejos para
fortalecer el gusto por la lectura en los niños, aprovechando el tiempo libre y
que los padres puedan acompañarlos más al
estar más tiempo en casa.
1.- Padres lectores generan
hijos lectores.
El mejor incentivo para lograr conductas
positivas en los niños es el ejemplo de los padres. Crear instancias de lectura
en familia los domingos en la mañana, u organizar panoramas como excursiones al
campo para leer, son experiencias únicas que el niño las aquilatará como parte
esencial de su desarrollo.
Imponer es un mal camino para fomentar la
lectura. Debe ser el niño quien elija lo que quiere leer. Se recomienda que los
padres propongan libros que alimenten su curiosidad, pero en ningún momento se
les puede prohibir u obligar.
3.- Leer en espacios creativos
Resulta aconsejable dejar de lado el
escritorio y buscar lugares que alimenten la imaginación. A pesar de la
pandemia, los parques y otros espacios abiertos son perfectos para disfrutar de
un libro, siempre mejor en compañía de los padres.
4. Establecer una rutina diaria
Buscar un espacio y un tiempo diario para
que el niño lo dedique a la lectura como, por ejemplo, antes de ir a
dormir o justo después de la comida. Crear un hábito y hacer que se relacione
ese tiempo a algo placentero y entretenido, es la mejor manera de potenciar la
lectura.
5. Abrir las puertas a la lectura
digital
Si hay pocas posibilidades de salir a
comprar o leer, no hay que tenerle miedo al mundo digital, pues es el entorno
natural de los niños actualmente.
Hay que saber adaptarse a las nuevas tecnologías con libros interactivos y considerar que el papel y las tablets son capaces de convivir perfectamente.
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