Miles de historias se tejieron en la radio... miles de
historias románticas y apasionadas, de suspenso e intriga... Muchas de ellas,
inauguraron la era de pequeños radioteatros, que duraban de 10 a 15 minutos y que le daban
agilidad y variedad a la programación:
Con la llegada de los periódicos a Chile, la oralidad perdió
parte de su relevancia, quedando restringida a los sectores rurales y a las
capas bajas de la sociedad, situación que tiene un vuelco con la invención de
la radio ya que con ella, la palabra conquistó nuevos espacios, validándose
como soporte de la transmisión literaria.
En 1932, nacieron dos emisoras que marcaron una época. Una
fue Radio Universo, más tarde La Americana.
Tal importancia otorgaban los gobernantes a las emisoras, que
Marmaduke Grove, tras el golpe militar del 4 de junio de 1932 y la instauración
de la efímera República Socialista, hizo instalar una emisora en La Moneda.
Por otro lado, en Radio Universo se emitió el primer
radioteatro que fue, La
Enemiga, de Darío Nicodemi. En 1938, Radio La Chilena Consolidada
se convirtió en Radio del Pacífico. De allí surgió un semillero de artistas
como Anita González “La
Desideria”, Ester Soré; Eduardo de Calixto y muchos otros.
En ese contexto surgió, entonces, la radionovela, relato
dramatizado difundido por capítulos a través de las ondas de radio siendo
heredera, de la novela por entregas y sobre todo del folletín y la duración
de la obra dependía muchas veces del interés de la audiencia alargándose, a
veces, por meses.
En Chile hizo historia la radionovela creada en la década de
1940, por el guionista Juan Marino Cabello llamada “el Siniestro
Doctor Mortis”. Fue emitido por diversa emisoras, entre las que destaca Radio
Portales, hasta comienzos de los 80.
Importantes referentes del mundo artístico nacional dieron
sus primeros pasos en medio de los micrófonos de programas tan
memorables como "hogar dulce hogar", "la
bandita de firulete" o los siempre oscuros capítulos de "el
siniestro doctor mortis","historias del
espejo" o "la tercera oreja"
Adiós al séptimo de línea; el derecho de nacer, lo que
cuenta el viento, fueron algunas de las radionovelas más recordadas en Chile.
Figuras destacadas fueron Doroteo Martí, Luchita Botto, Nieves López Marín, María
Yopar, Guillermo Gana Edwards, Justo Ugarte, Flor Hernández, Arturo Moya Grau,
entre otros, siendo tan populares como los protagonistas de las actuales
teleseries.
Sus temáticas, motivos y personajes son herederos directos
del folletín como la mujer engañada, la madre soltera,
usurpación de fortunas, hijos perdidos que luego se reencuentran, la
ceguera, la invalidez como desgracia o como fingimiento para engañar, las
diferencias sociales etcétera los cuales, se reproducen con posterioridad en la
fotonovela y las telenovelas clásicas. Estas se mueven en un mundo bipolar con
personajes planos claramente diferenciado: buenos y malos, ricos y pobres.
En su época de auge, las compañías de radionovelas hacían
giras por el país y presentaban una versión teatral de la radionovela en
ciudades y pueblos y el público de provincia llenaba las salas en que se
presentaban, abanderizándose con los personajes ya sea gritando durante la
representación o agrediendo a los malos y
sufriendo desilusiones, cuando el aspecto físico de los actores no se
correspondía con las expectativas generadas por sus voces bellas y
aterciopeladas, o con el papel que encarnaban en las transmisiones.
El radio teatro fue de los géneros más populares de la
radiodifusión chilena en los años 60, 70 y hasta mediados de los 80.
Hace un tiempo, María Eugenia Lorenzini nos regresó a ese
mundo de radionovelas al escribir “Escucha Corazón” publicado por Editorial
Forja.
La novela está ambientada en plenos
años 60 y a través
de su estilo expresivo y estético, donde las imágenes y sentimientos surgen por
medio de la palabra, seremos testigos de tiendas, música, cafés de la época y
las palabras nos harán formar parte del ansioso grupo de auditores de un
radioteatro.
Cada tarde, la historia nos hará
instalarnos al lado de la radio para escuchar a Rocío, joven que ama y sufre,
en la voz de María Graciela del Valle, protagonista de la novela.
El drama radial lleno de amor,
secretos y traiciones parecerá salirse del libreto cuando la actriz perciba que
su vida se está pareciendo cada día más a la de la mujer que interpreta.
Atrapada en un matrimonio rutinario y sin pasión, se
involucra en el libreto de su drama radial ya que la protagonista de la novela,
ve en su homónima del radioteatro, en la imagen que el espejo le devolviera, la
proyección de todo lo que desea para ella.
Poco a poco, María Graciela se va convirtiendo en
subsidiaria de su personaje, en la sombra de un ente ficticio que amenaza en
atraparla, en consumirla y destruyéndola amparándose en la dolorosa rutina de
su vida.
En el desarrollo de la trama, María Graciela va
desapareciendo en su personaje mimetizándose con la historia del radioteatro y
con el contexto, traspasando todas las líneas llegando a decir que María
Graciela no solo interpretaba a Rocío, sino que actuaba en ella.
Escucha corazón, es una novela enmarcada en la ciudad, donde
la intriga de los personajes y el poder de lo imaginario se entrecruzan con la crisis
social y política que se anunciaba en esos años pero que sin embargo, está
borrosa creando un ambiente en el cual, la mezcla entre fantasía y realidad hace
que lo extraño o irreal sea cotidiano y común expresándose de manera compleja
los anhelos, los miedos y las motivaciones.
En esta novela, María Graciela nos enseña que la realidad
sirve para demostrarnos que sólo podemos encontrarla por los caminos de la
fantasía.