lunes, 21 de agosto de 2017

Escucha corazón: memoria de un mundo desaparecido



Miles de historias se tejieron en la radio... miles de historias románticas y apasionadas, de suspenso e intriga... Muchas de ellas, inauguraron la era de pequeños radioteatros, que duraban de 10 a 15 minutos y que le daban agilidad y variedad a la programación:

Con la llegada de los periódicos a Chile, la oralidad perdió parte de su relevancia, quedando restringida a los sectores rurales y a las capas bajas de la sociedad, situación que tiene un vuelco con la invención de la radio ya que con ella, la palabra conquistó nuevos espacios, validándose como soporte de la transmisión literaria.

En 1932, nacieron dos emisoras que marcaron una época. Una fue Radio Universo, más tarde La Americana. Tal importancia otorgaban los gobernantes a las emisoras, que Marmaduke Grove, tras el golpe militar del 4 de junio de 1932 y la instauración de la efímera República Socialista, hizo instalar una emisora en La Moneda.

Por otro lado, en Radio Universo se emitió el primer radioteatro que fue, La Enemiga, de Darío Nicodemi. En 1938, Radio La Chilena Consolidada se convirtió en Radio del Pacífico. De allí surgió un semillero de artistas como Anita González “La Desideria”, Ester Soré; Eduardo de Calixto y muchos otros.

En ese contexto surgió, entonces, la radionovela, relato dramatizado difundido por capítulos a través de las ondas de radio siendo heredera, de la novela por entregas y sobre todo del folletín y la duración de la obra dependía muchas veces del interés de la audiencia alargándose, a veces, por meses.

En Chile hizo historia la radionovela creada en la década de 1940, por el guionista Juan Marino Cabello llamada “el Siniestro Doctor Mortis”. Fue emitido por diversa emisoras, entre las que destaca Radio Portales, hasta comienzos de los 80.

Importantes referentes del mundo artístico nacional dieron sus primeros pasos en medio de los micrófonos de programas tan memorables como "hogar dulce hogar", "la bandita de firulete" o los siempre oscuros capítulos de "el siniestro doctor mortis","historias del espejo" o "la tercera oreja" 

Adiós al séptimo de línea; el derecho de nacer, lo que cuenta el viento, fueron algunas de las radionovelas más recordadas en Chile. Figuras destacadas fueron Doroteo Martí, Luchita Botto, Nieves López Marín, María Yopar, Guillermo Gana Edwards, Justo Ugarte, Flor Hernández, Arturo Moya Grau, entre otros, siendo tan populares como los protagonistas de las actuales teleseries.

Sus temáticas, motivos y personajes son herederos directos del folletín como la mujer engañada, la madre soltera, usurpación de fortunas, hijos perdidos que luego se reencuentran, la ceguera, la invalidez como desgracia o como fingimiento para engañar, las diferencias sociales etcétera los cuales, se reproducen con posterioridad en la fotonovela y las telenovelas clásicas. Estas se mueven en un mundo bipolar con personajes planos claramente diferenciado: buenos y malos, ricos y pobres.

En su época de auge, las compañías de radionovelas hacían giras por el país y presentaban una versión teatral de la radionovela en ciudades y pueblos y el público de provincia llenaba las salas en que se presentaban, abanderizándose con los personajes ya sea gritando durante la representación o agrediendo a los malos  y sufriendo desilusiones, cuando el aspecto físico de los actores no se correspondía con las expectativas generadas por sus voces bellas y aterciopeladas, o con el papel que encarnaban en las transmisiones.

El radio teatro fue de los géneros más populares de la radiodifusión chilena en los años 60, 70 y hasta mediados de los 80.

Hace un tiempo, María Eugenia Lorenzini nos regresó a ese mundo de radionovelas al escribir “Escucha Corazón” publicado por Editorial Forja.

La novela está ambientada en plenos años 60 y a través de su estilo expresivo y estético, donde las imágenes y sentimientos surgen por medio de la palabra, seremos testigos de tiendas, música, cafés de la época y las palabras nos harán formar parte del ansioso grupo de auditores de un radioteatro. 

Cada tarde, la historia nos hará instalarnos al lado de la radio para escuchar a Rocío, joven que ama y sufre, en la voz de María Graciela del Valle, protagonista de la novela. 

El drama radial lleno de amor, secretos y traiciones parecerá salirse del libreto cuando la actriz perciba que su vida se está pareciendo cada día más a la de la mujer que interpreta.

Atrapada en un matrimonio rutinario y sin pasión, se involucra en el libreto de su drama radial ya que la protagonista de la novela, ve en su homónima del radioteatro, en la imagen que el espejo le devolviera, la proyección de todo lo que desea para ella.

Poco a poco, María Graciela se va convirtiendo en subsidiaria de su personaje, en la sombra de un ente ficticio que amenaza en atraparla, en consumirla y destruyéndola amparándose en la dolorosa rutina de su vida.

En el desarrollo de la trama, María Graciela va desapareciendo en su personaje mimetizándose con la historia del radioteatro y con el contexto, traspasando todas las líneas llegando a decir que María Graciela no solo interpretaba a Rocío, sino que actuaba en ella.

Escucha corazón, es una novela enmarcada en la ciudad, donde la intriga de los personajes y el poder de lo imaginario se entrecruzan con la crisis social y política que se anunciaba en esos años pero que sin embargo, está borrosa creando un ambiente en el cual, la mezcla entre fantasía y realidad hace que lo extraño o irreal sea cotidiano y común expresándose de manera compleja los anhelos, los miedos y las motivaciones.

En esta novela, María Graciela nos enseña que la realidad sirve para demostrarnos que sólo podemos encontrarla por los caminos de la fantasía.

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