La faceta
poética, la menos conocida de su obra, se encuentra resumida magistralmente en
esta antología escrita por Gustavo Becerra Calderón. Y publicada por Editorial
Universitaria.
Esta obra y
desde una mirada externa y a la vez cercana del autor del libro, la obra nos
permite ingresar al amplio mundo del Premio Nacional de Literatura 1998.
Gustavo Barrera,
haciendo un guiño a la riqueza en la obra de Calderón expresa que “hay temas
que se cruzan en su obra poética y su escritura de diarios. El diario le
permitía dar cuenta de lo que pasaba cada día, y la poesía parece ser algo que
le quedaba dando vuelta. No tuvo épocas ni de poeta, antologista, o escritura
de diarios, era todo al mismo tiempo”.
“Me gusta verlo
como alguien que estaba en un lugar de observación, dando una visión crítica.
Él aplicaba un filtro personal de la realidad y le gustaba compartirlo con los
demás”, añade Becerra
La escritura de
Alfonso Calderón transitó por diferentes géneros literarios, tal como señala el
antologista. Poesía, novela, crónica, ensayo y diarios, sin contar las
múltiples antologías y prólogos a su haber. Es considerado como integrante de
la generación literaria de 1950. Trabajó como editor en revistas Apsi y Hoy.
En 1981, se
incorporó a la
Academia Chilena de la Lengua. En 1994, asumió como subdirector de la Biblioteca Nacional
de Chile. Al entregarle el Premio Nacional de Literatura 1998, fue destacado
por “su lucidez, profundidad y variedad de los escritos de ensayista, crítico y
poeta”
El
cuestionamiento de la muerte, la pertenencia, su relación con lo cotidiano- la
narración de su propia época-, la efervescencia de la vida que transmite a
través de sus letras y el humor, son elementos que definen la obra de Alfonso
Calderón y que están presentes en este trabajo de colección imprescindible para
los amantes de la
Literatura.
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