La exposición está compuesta por 30
fotografías que forman parte de una rica colección de la Dirección Museológica
de la Universidad Austral de Chile; Museo Histórico Nacional en Santiago; el
geógrafo Robert Swanton, de la Universidad de Wisconsin, Milwaukee y del
historiador Roberto Montandon Paillard.
El proyecto, que permite está elaborada y
motivadora llamada hacia la historia, es fruto del trabajo del Doctor en
Historia de América por la Universidad Complutense, Madrid, Fabián Almonacid.
Junto a él participaron Paula Lagos y
Marco Barrientos, Abel Lagos y Matías Riesco. Un equipo que fue beneficiado por
el Fondart Regional sobre culturas regionales y turismo cultural.
Fabián Almonacid, académico de la
Universidad Austral de Chile (profesor del Instituto de Historia y Ciencias
Sociales y director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Filosofía y
Humanidades y del Magíster en Historia del Tiempo Presente), ha realizado una
ardua labor de reconocimiento histórico de este territorio y lo acrecienta esta
vez, con una exposición que profundiza en un momento glorioso de las
comunidades ribereñas entre dos siglos.
En una entrevista reciente, Fabian
Almonacid lo explica por su interés en la realidad económica en perspectiva
histórica. Esto lo lleva a auscultar conflictos, trayectorias, sujetos, que
permiten entender los grandes procesos de cambio.
El ojo especialista del investigador nos
permite de esta manera recoger el telón del tiempo, intencionadamente, entre la
fotografía y la pregunta permanente por los destinos de los asentamientos
humanos y sociales en nuestros propios bordes enriquecidos y catastróficos.
En 1862 se establece una línea de cabotaje marítimo entre los puertos de Valdivia y Valparaíso. En 1872 se realiza la apertura de una línea de tráfico marítimo regular entre Valdivia y Hamburgo servida por la línea alemana Kosmos
Los nuevos colonos, al igual que como
antes habían hecho mapuches y españoles, aprovecharían en Valdivia las particulares
condiciones de las vías fluviales para facilitar las variadas actividades
productivas y comerciales.
Para esta nueva población será fundamental
la conectividad fluvial puesto que para dicha época la línea férrea aún no
sobrepasaba la frontera del Biobío. Por lo tanto, el río era el escenario para
el desarrollo industrial de la ciudad. Liewald, 2012.
Como gran parte de los colonos poseía
tierras y cultivos en los alrededores de la ciudad, fue lógico aprovechar las
vías fluviales para facilitar el transporte de las materias primas y productos
que cultivaban y comercializaban alrededor de una creciente actividad económica
y productiva. Para ello se necesitarían numerosas embarcaciones, algunas de las
cuales fueron inicialmente importadas directamente de Europa, pero prontamente
se construirían varios astilleros, tanto en Valdivia como en sus alrededores.
Para el año 1909 cuatro astilleros daban
trabajo a 373 operarios, contando con modernos equipos en sus instalaciones. En
1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la crisis económica nacional
paralizó la expansión de los astilleros valdivianos, bloqueándose la
importación de maquinarias y repuestos traídos desde Europa, que representaban
casi el 60% de los materiales utilizados.
En 1883 la actividad industrial de la
ciudad había alcanzado un desarrollo significativo y el número de embarcaciones
que arribaron al puerto de Corral ascendió a 302, empleando en 1909 a 373
operarios. La Primera Guerra mundial paraliza su crecimiento, al impedir el arribo
de maquinarias y repuestos.
La interpelación entre las diversas ramas
de la industria productiva, incluso en una misma empresa: la de carnes saladas
y cecinas, para abastecer el mercado de las salitreras del norte, determina que
las asociadas a ese rubro, con el objeto de reducir gastos de transporte,
concluyan armando empresas navieras, las que finalmente resultan más
importantes que la industria inicial. Guarda. 2011.
Muchas de estas empresas se orientaron a
la construcción de embarcaciones mayores, otras dieron vida a la tradición del
velerismo. Entre estas destacan los astilleros de Stolzenbach y Boekemeyer, a
los que se sumó Ahrens, que apoyados por los maestros de ribera fueron dando
vida a la mayoría de aquellas naves que comenzaron a surcar las aguas del río.
La invitación es a vivir esta experiencia en los salones del Centro de Extensión UACh Los Canelos, en Yerbas Buenas 181, Valdivia.
La inauguración realizada el pasado 30 de marzo a las 19.00 hrs., permitió un diálogo directo con el autor e invitados especiales. Desde el día siguiente, 31 de marzo, de martes a jueves entre 10 y 18 hrs. y hasta el 05 de mayo, se podrá visitar y revisitar este espacio que ya navega hacia la “Industria Naviera y Tráfico Fluvial en Valdivia, 1850 – 1960”.