En tres salas del “Pueblito
Los Dominicos” se encuentra exhibida la primera gran muestra del escultor y
cirujano plástico, Héctor Valdés.
La exposición que busca
reflejar la precariedad en la que viven muchos niños y niñas que carecen del
cuidado, tutela y protección de parte de la sociedad y el Estado se inauguró el
sábado 28 de septiembre y se podrá apreciar de manera gratuita hasta el 2 de
noviembre.
La problemática de “Niños
Olvidados, Una Historia Sin Final Feliz” es abordada por el artista a través de
10 esculturas en bronce con patiná a la cera- de diferentes tamaños en un
recorrido que lleva inevitablemente a la reflexión sobre el abandono infantil.
“Apoyo”, “Contemplación”, “Desidia”, “Caminante”, “Abandono”, “Soledad”,
“Miedo”, “Resignación”, “Desconsuelo” y “Olvido”, son las principales obras de
esta serie escultórica trabajada por el autor entre Chile y España.
Sillones de bronce, que
representan el poder y la autoridad, le dan la espalda, en alusión a las
instituciones. Todas las obras se encuentran rodeadas por un vacío, que busca
intensificar la idea del desamparo.
“En esta exposición cada
escultura representa una historia, una vida marcada por el abandono. En una
metáfora al modelado en barro, cada uno de ellos es resultado de circunstancias
fuera de su control, pero es gracias a la misma plasticidad de la arcilla, que
tienen la posibilidad de ser reconstruidos con amor y cuidado”, menciona el
escultor Héctor Valdés.
En octubre del año 2019, en
medio del estallido social, que el cirujano plástico y escultor recorrió el
centro de la capital y se encontró con cientos de grafitis en los que se
repetía el mensaje “NO+ SENAME”, mensajes que pedían un sistema digno de la protección
a la infancia, que cumpliera con su mandato constitucional y cuidara a niños y
niñas.
Fue en ese entonces que en su mente
Valdés se preguntó: ¿Desde dónde y cómo abordar un dolor que
excede y sobrepasa a los Estados en su acción, pero que nos atañe a todos los
seres humanos y sociedad?
El autor de la muestra y
también cirujano plástico, estuvo cuatro años trabajando en este proyecto para
poder plasmar su idea y opinión por medio de imágenes físicas y, que, a través
de ellas, podamos sentir el permanentemente dolor de abandono que, relata el
autor, existe en la infancia de nuestros niños.
Fue así que comencé a modelar lo más rápido figuras en barro que dejaran testimonio de las imágenes que venían a mi mente. Quise hacer un llamado a asumir responsabilidades y entregar soluciones concretas. Yo aquí intento visibilizar el drama diario de estos niños, pero es el parlamento, el poder judicial y los sistemas educativos los llamados a cambiar esta realidad”, relata Valdés.
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