Catorce artistas y el Colectivo Ofrenda al Agua
participan en el proyecto MESTIZO que, bajo la curaduría de Cristián Velasco,
se presentaron en la Sala
de Arte Las Condes entre el 11 de mayo y 25 de junio de 2016 bajo la curaduría
de Cristián Velasco
La exposición, abordó un problema de género e
identidad a través de la práctica de las artes visuales y los distintos
recursos y operaciones utilizadas en diversas propuestas contemporáneas. Por un
lado, el interés por los oficios, materiales nobles y recursos tradicionales en
la construcción de obras y por otro, el desarrollo de discursos contemporáneos
que se enmarcan en aspectos formales y políticos.
A partir de materiales tradicionales, como la
madera, bordado, greda, tejido a crochet, crin, cuero, mimbre, entre otros, las
obras responden al arte contemporáneo, explorando aspectos de nuestras mixturas
socio-culturales y rescatando ciertas operaciones manuales y artesanales para
la confección de soluciones contingentes en el campo visual.
Para Elisa Aguirre, “el cruce de materiales como
madera, cartón, cuero, caucho y otros, en un ejercicio de unión de fragmentos
de la naturaleza, genera un “diálogo entre la materialidad y los procedimientos.
La naturaleza es la fuente y origen de la obra
de la artista, entregando una amplitud de lecturas tanto desde lo simbólico
como de lo conceptual. La integración y la capacidad evocadora de los
materiales que utilizo, son algunos de los elementos que constituyen mi lenguaje
plástico”.
El trabajo de Magdalena Atria consiste en cinco
volúmenes perfectos que es posible construir a partir de planos y están
construidos con mimbre sobre plinto de madera.
Se puede decir que son perfectos porque, tienen
la particularidad de ser totalmente regulares porque sus caras están formadas
por la misma figura (polígono) regular, se ven iguales desde cualquier vértice
y todas sus aristas, tienen la misma longitud. Sus vértices son las
distribuciones más regulares de 4, 6, 8 12 y 20 puntos en una esfera. Fuera de
estos cinco poliedros no existen otros sólidos que cumplan todas las
propiedades exigidas, es decir, convexidad y regularidad.
La obra de Catalina Bauer consiste en pequeños
objetos tejidos en algodón. Víctor Hugo Bravo entrega objetos encontrados y
pintura negra. Es decir, lo que presenta son objetos de madera, plástico todos
encontrados y ensamblados con cinta de embalaje, tornillos para ser pintados de
color negro y con una aplicación de luces fluorescentes.
Pamela Cavieres a través de la exploración
material de superficies plegadas construye un “imaginario de fragmentos”,
vinculando espacios diversos con imágenes recolectadas que se transforman en la
búsqueda de otro lugar. Su exhibición consta de una serie de fotografías
plegadas y dispuestas sobre el muro, creando un gran manto que cubre una superficie
específica en el espacio utilizando para esto, la técnica japonesa del origami.
Para construir su muestra, Matías Camus ha
buscado en las orillas de los ríos y playas del sur, dispersos sobre las
piedras, entre yuyos y matorrales, flotando sobre las aguas arremolinadas o
bien sobre la arena cuando la mar se ha encogido en sus horas de retiro,
pequeños, medianos y grandes trozos de madera, de indistintas formas, que van
dejando la huella de un recorrido de ignota procedencia.
Entonces, su creación surge de la recolección de
estos fragmentos, de estas esquirlas de memoria que los bosques han diseminado.
“Uno a uno los voy buscando y ellos a su vez me
van encontrando sin conocer la historia que los antecede, pero la develo, la
construyo, la revivo como la más natural de las expresiones porque en mi taller
estos fragmentos ellos cobran otras formas, se transmigran de pronto, en la
reminiscencia de su contexto anterior, del viaje que las precedió”, afirma
Matías.
El trabajo de Víctor Espinoza consiste en hacer
cruces entre el dibujo y la pintura, el grabado y la gráfica, por medio del
bordado con lana y algodón.
Andrés Iturri construye sus obras en papel maché
y cartón a partir, de hallazgos arqueológicos los que con ayuda de registros
fotográficos de museos y libros logra recrear la pieza arqueológica.
Esta materialidad que tensiona la simulación del
hierro o el material original con que fueron fabricadas, crea un efecto que es
incrementado por el sistema museográfico de exhibición. La obra se relaciona
con la utilería; es decir, crear algo falso para hacerlo pasar por verdadero.
Martín Kaulen aprovecha diferentes cortes sobre
la madera que generan cuadrados, círculos o semi -círculos, siendo utilizados
como módulos con que se realizan composiciones que transitan desde lo
bi-dimensional a lo tridimensional, interpretando las características gráficas,
pictóricas y volumétricas del material al momento de agrupar y construir.
El proyecto de Rosario Perriello comenzó con la
experimentación de materiales que se relacionaran con la comida o a la carencia
de ésta. La primera relación proviene de una noticia, la cual informaba que
durante 2009, para paliar la hambruna en Haití, un grupo de pobladores comenzó
a realizar una mezcla de aceite vegetal, sal y barro para producir galletas
comestibles, que dejaban secar al sol para luego alimentarse de ellas. La
artista comenzó a investigar qué otras relaciones había entre lo no comestible
que se convierte en comida.
La obra de Catalina Ramírez surge a partir de la
convivencia entre imágenes originadas desde el papel cortado a mano y el
modelado en cerámica, y reúne los pensamientos planteados en obras anteriores,
profundizando en posibles atribuciones a los volúmenes de cerámica, esta vez,
asociados a estrategias de montaje que privilegien la percepción estática, de
quietud y reposo de las figuras.
Las obras están hechas con arcillas rescatadas
de la comuna de Nacimiento (8va región) y están quemadas a leña, con leña
proveniente también de un sector precordillerano de la región del Bio- Bio.
Paula Subercaseaux utiliza crin de caballo
donde, los tejidos en crin guardan en cada punto un pedazo de tiempo, y en su
interior, sostienen el vacío de lo que fueron: como vientres huecos, pieles que
se dejan atrás para vivir de nuevo. Estas formas que son abandonadas por lo que
fue su función primordial y su razón de diseño, adquieren la levedad mínima que
las deja a merced del viento, del mar o de la tierra.
En tanto, Cecilia Acuña presenta el video “the
menstrual quipu”. The condor comes. Esta obra de Cecilia Vicuña ha sido
exhibida en distintos lugares alrededor del mundo y es un referente para el
arte contemporáneo, el performance y el vínculo con lo ancestral, el paisaje y
la relación de la artista con el textil.
Finalmente, el Colectivo Ofrenda al Agua
presenta un bordado colectivo sobre tela que se inició hace 15 años un grupo de
tejedoras de San Pedro de Atacama y ya ha recorrido América Latina, intervenido
por distintos artistas relacionados a la textilería, constituyendo así una obra
de carácter relacional y valor patrimonial.
La exposición estuvo abierta al público entre el
11 de mayo y el 25 de junio de 2016 en Sala de Arte Las Condes (Av. Apoquindo
3300 2º piso).
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