
Memorias. Testimonio de un
soldado son las memorias escritas por el ex general y Comandante en
Jefe del Ejército de Chile, Carlos Prats González (1915-1974).
Estas memorias, son un relato
autobiográfico de un soldado constituyente, y un trozo de la historia de Chile,
especialmente del período que corresponde a fines de los años sesenta y
comienzo de los setenta cuando fue Comandante en Jefe del Ejército, Vicepresidente
de la República y ministro de Estado.
Después del Golpe de
Estado del 11 de septiembre de 1973 y luego de autoexiliarse en
Argentina, Prats comenzó a redactar sus
memorias, cuyas páginas finales fueron escritas apenas unos días antes de ser
asesinado junto a su esposa, Sofía Cuthbert, por la DINA.
En la presentación del libro
participaron el actual ministro de Defensa, Jorge Burgos, la periodista Mónica
González y Juan Cristóbal Peña.
En la ocasión el ministro
Burgos expresó que “estas memorias tienen por base un diario de vida, con
entradas por fechas precisas.
Esto no sólo muestra en el
autor una clara conciencia acerca de la importancia de la historia que le toca
vivir, del significado que van teniendo los acontecimientos diarios de Chile,
sino que le permite al lector pulsar los sentimientos y el pensamiento del
protagonista frente a los datos que anota casi a diario”.
Hay tres elementos que
impactan en estas Memorias.
Primero, su serenidad al
escribir el testimonio de hechos que vivió y sufrió en carne propia; En segundo
lugar, está la calidad de sus sentimientos, donde se aprecia una cierta
humildad ya que él no se siente poseedor de la verdad y en tercer lugar, en lo
fundamental ser miembro del Ejército, ser segunda antigüedad del Ejército al
momento del asesinato del General Schneider, en 1970 y ser Comandante en Jefe
del Ejército, en su reemplazo, al momento de asumir Allende la Presidencia del
país.
Prats no era un hombre para
dar un paso al costado, pese a ser perfectamente consciente de los enormes
desafíos y sacrificios, personales e institucionales, que se avecinaban.
Piensa, al contrario, que tiene “un deber ineludible”. Y así actúa”, añadió el
ministro Burgos.
Por su parte, Juan Cristóbal
Peña recordó que la responsabilidad de Augusto Pinochet en el asesinato de
Carlos Prats se debió a la obsesión del militar por aparentar ser un estudioso,
sobre todo de geografía, geopolítica y marxismo. Así lo relevó en su libro La
secreta vida literaria de Augusto Pinochet.
Para Peña, esta obsesión de
Pinochet se hizo todavía más patente cuando, ya en el exilio, el general Carlos
Prats, escribió un artículo en una publicación argentina sobre geopolítica y en
ese sentido, Prats
“representaba el modelo al cual Pinochet siempre quiso acercarse, el que quiso
imitar pero, nunca lo consiguió por debilidades propias del personaje ya que
Pinochet era un hombre de un intelecto limitado; siempre fue un alumno del
montón. Prats ponía al descubierto sus debilidades, porque era un militar
brillante”.
“Y por ese motivo, el
asesinato de Prats, ocurrido el 30 de septiembre de 1974 en Buenos Aires a
manos de agentes de la policía secreta de la dictadura de Pinochet, no fue solo
político, sino que además hubo un factor pasional, irracional”, sostiene el autor
del libro Los Fusileros.
Para Peña, “el general Prats era consciente del peligro y el riesgo para su vida que significaba
escribir sus memorias ya que estas eran una amenaza para el régimen.
Mónica González recordó los
momentos posteriores de la muerte del general Prats cuando las hijas,
valerosamente, rescataron las memorias redactadas por su padre a pesar de todo
el miedo que había alrededor de ellas. “Porque sobreponiéndose a esos momentos,
entendieron que rescatar esas memorias era una tarea primordial para mantener
vivo el recuerdo de su padre”.
Completan esta quinta edición, la presentación a la quinta edición, documentos sobre el juicio del asesinato del matrimonio Prats-Cuthbert y los discursos y la declaración del Ejército chileno sobre el caso.
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