El ocio, el miedo, el deseo, el dolor, la
belleza o el valor de la poesía son algunos de los asuntos que toca Matías
Rivas en su nuevo libro, Referencias personales. Los intereses vitales e
intelectuales del poeta y ensayista dialogan constantemente a lo largo de estas
148 páginas en las que se cruzan confidencias, opiniones y lecturas.
“Enfrento lo que escribo con la intención
de poner en el papel de forma clara mis observaciones, lo que veo, pienso
y siento”, comenta el autor.
Rivas comparte en esta obra su
juicio respecto de la naturaleza agitada de la vida contemporánea e invita
a una reflexión profunda sobre la perdida de nuestra capacidad de
autocrítica.
“La necesidad de estímulos
rápidos, por ejemplo, con las redes sociales, han erosionado el desarrollo
de un pensamiento crítico, aquel que no cabe en un mensaje breve, que requiere
conocer el lenguaje y la argumentación. Y que está diseñado para lectores
atentos”, opina y añade:
“Sospecho que, de
la quietud, de cierta mezcla de urgencia y reposo, nace la creatividad.
Leer, ver un cuadro, oír música, escribir y pintar, requieren estar quieto,
concentrado, dispuesto al placer, abierto al otro, con el inconsciente
menos reprimido”.
Con lucidez y generosidad, el
columnista y crítico literario reúne en esta obra fragmentos de orígenes
diversos, y a partir de ellos va hilando ideas y observaciones
sobre su entorno. Con tono directo aborda el pasado, la incomodidad del
cuerpo y las derivas de un presente incierto.
Defendiendo el valor del ocio
y la contemplación, entendidos como pilares fundamentales de la vida interior y
el equilibrio personal, Referencias personales invita a pensar
en el acto de crear y en las formas en que el arte puede
transformarse en una herramienta para enfrentar la ansiedad y la
desesperanza.
Esta conexión que el autor
percibe entre el arte y la vida cotidiana es particularmente relevante en un
mundo que, a lo largo del texto, es descrito como un espacio donde reina el
narcisismo y la superficialidad.
“La hiperproductividad es una
forma de gastar el tiempo, nuestro único capital, de forma irresponsable,
huyendo quizás de qué fantasmas. No me interesa esa frecuencia vital”, comenta
el autor, y asegura que uno de los aprendizajes que ha obtenido del ejercicio
de leer es el disfrute de la ambigüedad, “de aquello que no entiendo, de lo que
es hermoso y oscuro”.
Para Rivas, “la lectura es una
manera de conocer aspectos del mundo que están escondidos, que no se ven a
simple vista. Permite vincularse a otros, vivir existencias distintas y
trasladarse en el tiempo. Hasta ahora no hay nada más adecuado que los
libros y el arte para expandir el conocimiento y los bordes de lo
real”.
Ejerció la crítica literaria durante diez
años en la Revista de Libros de El Mercurio y en el semanario The Clinic, bajo
el pseudónimo Mao Tse Tung.
Ha publicado los libros de poemas Aniversario
y otros poemas, Un muerto equivocado, Tragedias oportunas y Un
poema de amor, y el conjunto de ensayos, Interrupciones: Un diario de
lectura.
Actualmente, es director de Ediciones Universidad Diego Portales, columnista del diario La Tercera y conductor en radio Duna.
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