Después
de 111 años de ausencia vuelve la ópera La Condenación de Fausto, de Héctor Berlioz. Estrenada por primera vez
en 1846 en París, es una ópera que se caracteriza por estar en la frontera
entre la escenificación y el concierto, la historia y la leyenda, lo humano y
lo fantástico.
Inspirada
en Fausto, que fue escrito en 1808
por el prestigioso escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, es una partitura
del romanticismo inquietante e inclasificable, que reivindica la libertad de la
forma según el sujeto y el argumento, combinando prosa y poesía, palabra y
canto.
Héctor
Berlioz nos introduce en un universo que mezcla lo real con lo irreal, lo
terrestre con lo divino, donde la presencia del coro es magnificente,
adquiriendo un rol protagónico y loa dirección musical estará a cargo del
afamado director chileno, Maximiliano Valdés.
Lo interesante de esta ópera es que Berlioz, crea nuevas formas musicales combinando elementos dramáticos
propios de la ópera como monólogos, dúos y coros en un formato de concierto
propio de la sinfonía.
Los
roles protagónicos del elenco internacional, serán interpretados por la artista
mezzosoprano Ewelina Rakoca-Larcher como Margarita; el tenor italiano Luca
Lombardo dará vida a Fausto; el
barítono norteamericano Alfred Walker en el rol de Mefistófeles y Sergio
Gallardo, interpretará a Brander.
En
tanto, el elenco nacional será protagonizado por Evelyn Ramírez en el papel de Margarita,
Santiago Burgi como Fausto, Homero Pérez-Miranda en el rol
de Mefistófeles y, al igual que en
el elenco internacional, el rol de Brander, estará a cargo de Sergio Gallardo.
El
responsable de la escenografía, la iluminación y la dirección de escena será el
director, arquitecto y diseñador teatral Ramón López, quien participó en la
apertura de la temporada de ópera con la iluminación de La Gioconda. El vestuario, sobre la base
de una fusión entre la bestialidad y la naturaleza, será tarea de la diseñadora
de vestuario teatral, Loreto Monsalve.
La
trama de esta ópera está basada entre lo terrenal y lo divino.
El
doctor Fausto, cansado de una vida colmada de sufrimiento a la que no le
encuentra sentido, no ve otra solución a su angustia que ponerle fin a su vida
mediante el suicidio.
Pero
el diablo, Mefistófeles, se siente atraído por su alma miserable y doliente, y
lo invita a disfrutar de los placeres mundanos de la vida. Fausto rejuvenece y
encuentra la felicidad y el amor junto a una joven y bella pueblerina llamada Margarita,
pero más tarde la abandona.
Cuando
Mefistófeles le anuncia a Fausto que Margarita ha sido condenada a la horca
acusada de envenenar y provocar la muerte de su madre, Fausto desciende a las
profundidades del infierno
cabalgando junto al diablo para lograr que el alma de su amada ascienda al
cielo.
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