Un nuevo número del Barómetro de política y equidad fue
presentado en conjunto por las fundaciones Equitas y Friedrich Ebert Stifung a
pocos meses de producirse el cambio de mando presidencial en Chile.
El hilo conductor de los temas incluidos en este balance del
fin del gobierno de Sebastián Piñera y el comienzo de la segunda administración
Bachelet, es el cambio de paradigma en la relación mercado-Estado-sociedad, mostrando
los desafíos políticos, económicos, sociales y culturales a los que se
enfrentará el nuevo gobierno
En la presentación, se explica que “la primacía del mercado
y el protagonismo del sector privado en el desarrollo del país en desmedro del
rol del Estado se organizaron en torno al pivote central del aumento del lucro
y las rentas privadas, extremando las políticas
neo-liberales que aún permeaban la toma de algunas decisiones públicas”
retrotrayendo muchas de las políticas económicas y sociales implementadas en
los últimos veinte años, en especial entre 2000 y 2010, y reemplazarlas por
contenidos, instituciones y agentes privados.
Hay que recordar que la Alianza se instaló en La Moneda gracias al slogan
del cambio y que las cosas, se harían con mayor eficiencia porque las
capacidades gerenciales estarían en el Estado.
Sin embargo, los ciudadanos quieren que además de la gestión
un Gobierno pueda proyectar mejores oportunidades y además, se espera que tenga
conciencia sobre la importancia de la participación y de la motivación de los
empleados públicos y privados siendo clave, esa relación para completar el
desarrollo social y económico del país y esa incapacidad del anterior gobierno
no darse cuenta que el país no es una gran empresa o un gran mall, hizo que la
ciudadanía tuviera un despertar agitado, con manifestaciones convocadas desde
distintas miradas de la insatisfacción social.
Debilidad previsional donde la continuidad en las
cotizaciones sigue siendo un problema insuperable, el monto de las pensiones
entregadas además de ser bajas han tenido una importante pérdida del poder
adquisitivo en contraste con altas rentabilidades alcanzadas por las
administradoras y una alta concentración del uso de los recursos por parte de
10 bancos y 20 empresas donde todos los “riesgos caen sobre el individuo en
circunstancias que es perfectamente posible enfrentar colectivamente los
riesgos para minimizar sus efectos sobre las personas individuales, ya que pierde
todo sentido la “industria” de las AFP cuando la rentabilidad de los fondos
acumulados no supera el nivel de pensiones que permite el crecimiento económico
a través del sistema de reparto”, señala Eugenio Rivera.
En educación, la forma de financiar la educación, “ha
producido un endeudamiento significativo en las familias de los estudiantes de
clase media, media baja y baja”, volviéndose inmanejable y convirtiéndose en
una de las banderas del movimiento estudiantil.
En cuanto a logros de género, a pesar de instalarse pública
y masivamente la equidad de género como un valor social relevante para la
sociedad chilena, el programa como la gestión del gobierno de Piñera “se
basaron en una concepción tradicional del orden de género, combinada con las
ideas neoliberales que antepusieron el rol del mercado a la responsabilidad que
le cabe al Estado en reconocer y garantizar derechos, instalando en las mujeres
la responsabilidad de resolver privada e individualmente al interior de la
familia, problemas que habían logrado instalarse como sociales en las décadas
anteriores”.
En cuanto al trato con los pueblos originarios, Domingo
Namuncura expresó que “el gobierno del presidente Piñera radicó “la cuestión
indígena” en la Araucanía
imponiendo la idea que la seguridad nacional y el orden público estaban
amenazados. El desafío para el nuevo gobierno, es que un conjunto de derechos
que reconozcan la existencia y la dignidad de los pueblos indígenas estén
reflejados en una Nueva Constitución para llegar a una sociedad reconciliada
con sus culturas originarias.
En cuanto a medios de comunicación se hereda una falta de
políticas públicas que tengan una perspectiva integral, social y convergente
con los procesos tecnológicos.
El tema que aborda el Barómetro en el área de vivienda es la
reconstrucción post terremoto del 2010. En relación a lo anterior, no existe
certeza respecto a los avances y resultados reales en la reconstrucción porque
“responden a una característica constante de los discursos y declaraciones del
ex presidente Piñera, en los que no solamente sumaban diferentes subsidios
habitacionales, haciendo equivalentes los destinados a viviendas nuevas con los
de reparaciones o los que solo eran un papel (otorgados) con los efectivamente
construidos (pagados)”.
Para Alfredo y Paula Rodríguez en estos cuatro años primó el
urbanismo a la carta, consistiendo en la desregulación de normas de la Ley General de
Urbanismo y Construcciones (LGUC), de ordenanzas y trámites municipales, de
normas de servicios, lo que permite obtener beneficios extraordinarios a
operaciones inmobiliarias determinadas
Marcia Scantlebury cerró este número del Barómetro haciendo
un balance de las políticas culturales en el cual, se da cuenta que menos de la
mitad del programa de gobierno se había cumplido. Luciano Cruz- Coke no logró
“llevar a buen termino su proyecto estrella como era la creación del Ministerio
de Cultura que agruparía bajo el mismo techo al Consejo de la Cultura y las Artes, la Dirección de
Bibliotecas, Archivos y Museos y el Consejo de Monumentos Nacionales”.
Sebastián Piñera dejó La Moneda en medio de crecientes demandas por
superar el rol subsidiario del Estado y la primacía del mercado en la
asignación de bienes y servicios que son hoy reivindicados como derechos; por
concretar cambios de fondo en el sistema; extendidos cuestionamientos a la
rígida estratificación social del país, agudizados por el evidente
desacoplamiento entre crecimiento y desarrollo.
El gobierno entrante recibe estas herencias que, sumadas a una economía marcada por la desaceleración, el retroceso del ahorro nacional y condiciones financieras internacionales menos favorables, deben ser gestionadas al mismo tiempo que se revierten los retrocesos, reduce las incertidumbres y -especialmente- satisface las expectativas generadas por las tres grandes reformas anunciadas en su programa.
El gobierno entrante recibe estas herencias que, sumadas a una economía marcada por la desaceleración, el retroceso del ahorro nacional y condiciones financieras internacionales menos favorables, deben ser gestionadas al mismo tiempo que se revierten los retrocesos, reduce las incertidumbres y -especialmente- satisface las expectativas generadas por las tres grandes reformas anunciadas en su programa.
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