El libro “Memorias de un arquitecto obstinado” escrito por
el arquitecto Miguel Lawner será presentado el próximo martes 23 a las 19:30 horas en la
sala A1 del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
El libro publicado en conjunto por LOM Ediciones, la Facultad de Arquitectura
y Urbanismo de la
Universidad de Chile y Ediciones Universidad del Bío-Bío
junta en un solo texto, una serie de
relatos que narran lo que reúne las principales vicisitudes de la existencia
del autor.
Estos relatos, pretender
dibujar una línea de tiempo a partir de mediados del siglo XX hasta hoy cuyo
trazo va por lo privado y por lo público, por lo profesional y por lo amistoso,
por lo cotidiano y lo institucional.
Por lo tanto, no se trata de un texto que muestre el trabajo
de la la oficina de arquitectura BEL (Ana María Becerra, Francisco Ehijo y
Miguel Lawner) y su aporte al desarrollo de la arquitectura moderna en Chile a
mediados del siglo XX que combinando formas y espacios, tiene como objetivo el
bienestar colectivo.
Miguel Lawner tampoco busca entregar el texto de un
militante, ni una crítica doctrinal, ni de la dialéctica ideológica; menos aún es un libro de
recuerdos melancólicos. Es, por el contrario, un libro crítico que hace de la
memoria, de los afectos, de los trabajos, de los ideales y los compromisos una
historia de vida”.
Miguel Lawner Steiman, nació en Santiago en 1928. Realizó
sus estudios secundarios en el Instituto Nacional. Se tituló de arquitecto en
1954 en la Escuela
de Arquitectura de la
Universidad de Chile, donde fue nombrado profesor de la
cátedra Composición Arquitectónica y Urbanística.
Junto a su esposa Anamaría Barrenechea y Francisco Ehijo
formó la oficina BEL Arquitectos, sociedad que por 50 años conquistó numerosos
premios en concursos nacionales y llevó a cabo una extensa labor profesional en
los ámbitos institucional y residencial.
En 1970 fue designado Director Ejecutivo de la Corporación de
Mejoramiento Urbano, Cormu, institución que asumió obras como la remodelación
del Parque O´Higgins y la construcción del edificio de UNCTAD, hoy Centro
Cultural Gabriela Mistral.
Fue arrestado tras el golpe militar en septiembre de 1973, permaneciendo
recluido durante dos años en diferentes centros de detención. Exiliado en 1975,
recibió refugio en Dinamarca donde ejerció como profesor de postgrado en el
Foreigh Students Department. También dictó cátedra en la Goethe Universitat
de Frankfurt am Main, República Federal Alemana.
A su regreso en Chile en 1984, presidió el Instituto de
Ciencias Alejandro Lipschutz y la
ONG Taller de Vivienda Social. En la actualidad, es miembro
del directorio del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo,
Cenda.
Fue fundador y secretario de redacción de la revista de
arquitectura AUCA entre 1965 y 1970.
Ha publicado varios libros. En 2003, publicó La Vida a Pesar de Todo que contiene dibujos realizados en el campo de
concentración de Isla Dawson y en los otros lugares donde estuvo confinado; Retorno a Dawson (2004); Allende, presencia en la ausencia (2008).
En Chile los dibujos de Lawner son prácticamente desconocidos, a pesar de su valor histórico. Han pasado a ser otro pedazo de memoria olvidada que revive de vez en cuando en el recuerdo de los que estuvieron prisioneros en Dawson”.
Fue electo Director Nacional del Colegio de Arquitectos de
Chile y fue su vicepresidente en 1994. En 1992, esta institución le confirió el
Premio Alberto Risopatrón en virtud de su destacada acción gremial. En el 2003,
la Universidad La
República le otorgó el Premio al Arquitecto Humanista. La Universidad de Chile
lo distinguió con la
Medalla Arquitecto Claude Francois Brunet de Baines en el
2010 por su notable contribución académica a la universidad y al país. Al año
siguiente recibió el Premio Cátedra Edwin Haramoto, concedido por el
Instituto de la Vivienda
de la Facultad
de Arquitectura de la
Universidad de Chile.
En los últimos años ha emprendido la restauración de una
casona para el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y la rehabilitación
de la casa de Londres 38, centro de tortura de la DINA, para destinarlo a un
espacio de la memoria.
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