Desde el primer tomo de esta saga, los
lectores han conocido el devenir de Chile desde antes de la revolución política
y cultural de 1810, a través de personajes históricos y de personajes de
ficción estos últimos, pertenecientes a las familias García- Lazcano y Ramírez,
las cuales han interactuado con muchos de los próceres de la historia chilena.
En este nuevo volumen (el quinto) el
autor invita a indagar en el desarrollo
económico y cultural a través del relato de los protagonistas de la época, en
el que nos relata los hechos que acaecieron entre 1850 y 1870, durante los
gobiernos de Manuel Montt y José Joaquín Pérez, 40 años después de la
Independencia de Chile.
Este tomo, relata uno de los periodos con
grandes avances históricos como fue la aparición del ferrocarril, del
telégrafo, del comienzo del uso del agua potable y también, narra cómo se
inició la colonización alemana en el sur, la que permitió mayor desarrollo en
la industrialización.
Décadas fascinantes relatada por sus
protagonistas, que cuentan la historia de Chile desde adentro, desde la
intimidad de sus propias vidas.
Es así como Antonio Varas, el
multifacético ministro, nos relatará los avances promovidos por Manuel Montt,
como fueron el ferrocarril, el telégrafo y el correo; Vicente Pérez Rosales,
contará las vicisitudes de la colonización alemana del sur mientras que
Benjamín Vicuña Mackenna, revelará los hechos en torno a las revoluciones de
1851 y 59. Luego, José Victorino Lastarria se hará cargo del ámbito liberal y, finalmente,
Pedro León Gallo dará cuenta del nacimiento del Partido Radical.
En los primeros libros, todo giraba en
torno a los cambios políticos y las guerras de reconquista e Independencia.
Pero, paulatinamente, en los tomos siguientes, comenzaron a emerger los cambios
e innovaciones en la vida de los chilenos, en particular de la clase alta, pero
que también esos cambios fueron llegando a las otras capas de la sociedad lo
que mostraba un cambios culturales progresivos, lentos pero indestructibles.
Se visualiza una cambio en las estructuras
del poder ya que, lentamente, las estructuras del poder colonial van cediendo
su espacio a otras, más acordes con la época donde los cambios sociales no solo
se concretaron en caminos, medios de transporte o mejorías en la
infraestructura de las ciudades, o cambios de mentalidad en la sociedad
chilena, sino que también aparecen, de maneras más concretas, más maduras, los
partidos políticos con sus planteamientos e ideologías que serían la base
ideológica de la sociedad actual.
Otro hito destacable es la pública
aparición de la Logia Masónica a la cual, a esta altura de los acontecimientos,
la Iglesia Católica ya no podía oponerse a su organización ni mucho menos,
perseguirla.
Pero no solo alegrías surgen en el relato.
Surgen en el relato, la revolución de
Francisco Bilbao y su muerte, la Guerra contra España y el incendio de la
Iglesia de la Compañía con toda la tragedia que significó para la sociedad
santiaguina, porque no quedo familia que no lamentara un muerto o un herido.
También aparece el pueblo mapuche, que se
presenta con Am Rüpü, conocido antes como don Pipe, quien sostiene una
interesante conversación en medio de una asamblea de caciques mapuche, con ese
personaje curioso que se declaró rey del Wallmapu, el francés Orélie Antoine de
Tounens.
A pesar de que se mantiene el tono ágil de
tanto de escritura como de lectura, del encanto de conocer la historia de Chile
de otra forma, por momentos se ralentiza el relato al presentar muchas cartas
enviadas entre los personajes, como testimonio de lo que se hizo en el pasado.
El autor, incorporó personajes de ficción
como Manola, la hija del antiguo patrón, quien se ha transformado en una gran
empresaria y miembro de la socialité santiaguina, que se relaciona con Candelaria
e Isidora Goyenechea, esta última, una gran mecenas de las artes con espíritu
progresista.
No va a ser el último tomo de esta saga,
ya que todavía queda mucha historia de Chile por contar y muchos secretos de
nuestros próceres por descubrir.
Entonces hay que esperar los nuevos tomos porque las décadas que vienen, van a ser muy importantes para la construcción del Estado chileno y del sentimiento de identidad y nación chilena.