La exposición póstuma “TE MIO” de la artista Angélica Pérez,
se inaugurará en la Sala
de Arte del Museo Nacional de Bellas Artes del Mall Plaza Vespucio dentro del Proyecto Museo sin Muros el
próximo 5 de abril y que permanecerá abierta a público hasta el 12 de mayo de
2013.
La obra de Angélica Pérez reivindica el origen y la
materialidad del té, alimento que le sirve para demostrar las entrecruzadas
relaciones que existen entre corporalidad, naturaleza y mente, aspectos que la
artista trabajó de manera profunda durante quince años.
De manera simultánea se inaugura una exposición suya en la
ciudad de Concepción en la sala Sala de Arte Mall Plaza Trébol, abierta entre
el 6 de abril al 12 de mayo de 2013.
Ambas muestras dan cuenta de una obra inédita, completamente
desconocida, recuperada de sus archivos personales después de su lamentable
desaparición en el Archipiélago Juan Fernández durante el maremoto del 27 de
febrero del año 2010.
A través de su relación con el té, Angélica vivió el arte de
una manera esencial, una forma de relacionarse con los otros y consigo
misma, liberando zonas reprimidas en una cultura de sumisión
especialmente de los femenino: situaciones de dolor y pérdida que implica
llevar el arte a una zona extrema, donde es posible la propia
sanación y la de los otros.
Historiadora de profesión, Angélica Pérez se da cuenta de la
importancia del té en el hogar de las familias chilenas durante un estudio de
campo realizado en una población de Santiago, observando que es un elemento de
encuentro, de reunión y conversación cotidiana y para muchos de
sobrevivencia, siendo junto al pan el único alimento reponedor de la
jornada.
También descubre que el té es un ingrediente activo de sanación,
de la misma forma como el arte lo comienza a ser para ella. Este encuentro la
obliga a realizar una investigación extensa sobre el origen del té y viaja a
Japón, gracias a una beca otorgada por la Japan Foundation
para conocer la sociedad y cultura japonesa, estadía que aprovecha para
alternar con empresas familiares que se dedican a la producción y
comercialización del té.
Luego de ese viaje, inicia una búsqueda intensiva a través del
arte y el alimento, conciliando aspectos aparentemente antagónicos como
la comida, la ceremonia del té, la curación del cuerpo y la sanación de la
mente, sin ser el propósito último su obra puede ser vista también como una vía
de acceso espiritual o mística.
Patricio M. Zarate, curador de la muestra y Administrador
del proyecto Museo sin Muros expresa que “Angélica encuentra en el té una
posibilidad de sanación tanto para ella, para los otros en lo social, y
especialmente para el artista que en el proceso de creación sufre el desgaste
emocional implicado en la plasmación de su propia obra”,
En Concepción la exposición se refiere al cuerpo y la
sanación donde una serie de fotografías muestran el registro de la performance
donde Angélica se aplica té matcha a su cuerpo desnudo siendo acompañdas por siete
cortes de piezas de vestuario para elaborar una túnica impregnada en té negro,
formas circulares y cabellos relacionadas con la curación de enfermedades
terminales y una serie de dibujos con grafito de su etapa inicial que señalan
un vía y una búsqueda esencial.
En Santiago, el
énfasis está puesto en el lenguaje estético, sobre todo el estudio sobre la
materialidad del té y su aplicación a distintas superficies y objetos.
Angélica buscó todas las posibilidades que le ofrecía esta
infusión, desde el uso solemne en la ceremonia del té, ya sea como alimento o
brebaje reponedor y como tinte en aplicación directa sobre papel, a modo de la
caligrafía y acuarela japonesa. No sólo la hoja y su extracto
pictográfico son parte de su modalidad de trabajo, sino las bolsas de papel,
los hilos, y todo lo relacionado con la materialización del té. Hay costuras,
remaches, tatamis hechos con las bolsas en infusión, con esa distintiva y
particular calidad colorística de la tintura y la textura del té después de su
natural proceso de oxidación.
Con estas dos muestras se recuerda la particular obra de
Angélica Pérez, desaparecida en el 27 de febrero del año 2010.
“El encuentro con el té, además de su implicancia social y
pública, se detiene en el propio artista, revelando aspectos de su
personalidad… pocos creadores están dispuestos a correr el riesgo de exhibir
públicamente el resultado de esa búsqueda tan íntima”, dice Patricio M. Zarate.
Angélica Pérez Germain nació en Bakersfield, California EEUU
el 9 de agosto 1972
Obtuvo una Licenciatura en Historia y otra en Estética en la Pontificia Universidad
Católica de Chile. Cursó un Magister en Bellas Artes (DEA) en la Universidad de
Barcelona (2000–2001). Realizó Tesis Doctoral por la Universidad de
Barcelona, (2002-2007).
Entre sus principales exposiciones individuales cabe
destacar Paisaje de la Virtud,
Centre Cívic Convent de Sant Agustí, Barcelona, España (1999-2000); Tepuro,
Centro de Extensión U.C, Santiago, Chile (2001); Hitonocha, Kyoto Art
Center, Kyoto, Japón (2002); Acción Ceremonia con Té (20 de abril de
2005); Performance Suriashi, Hall Pinacoteca, Universidad de Concepción,
Chile, 27 marzo (2008); Performance Teati, Casa Poli, Coliumo, Concepción,
Chile (2008); Nihonchiri. El Té en Ruta, presentada en Japón (2002), Galería
ChileArte, Coquimbo, Chile (2009-2010).
Entre las exposiciones colectivas más importantes
figuran Mirada en Viaje, Centre D’Art Santa Mónica, Barcelona, España
(2001); Arte Viva, Senigallia, Italia (2001). Acción Curación de la
mirada (2001); ARCO, espacio de la Universidad de Barcelona. Madrid, España (2002);
Centro de Arte Cecilia Palma. Santiago, Chile (2004); Chilean Art Crossing
Borders, artistas chilenos por Europa del Este y Asia (2005 -2007).
Angélica Pérez fue investigadora en la exposición y edición
del catálogo del pintor chileno Agustín Abarca, realizada en el MNBA
(1996-1997). Entre los años 2005 y hasta febrero de 2010 fue curadora y
asistente de dirección del MNBA, período en el que tuvo una labor destacada en
diversas iniciativas como la gestión de sus exposiciones itinerantes y la
gestación del proyecto de televisión on-line Arte sin Muros y del Archivo
Audiovisual del MNBA, que hoy lleva su nombre. Fue curadora y artista
participante de la exposición Menú de Hoy. Comida Lenta: Arte y Alimento
en Chile en las salas del MNBA en los Mall Plaza Vespucio, Mall Plaza
Norte de Santiago y el Trébol de Concepción (2007); y co-curadora de la
exposición Exijo un Explicación. 200 años de narración gráfica en Chile,
(2008-2009) y curadora de la sección La mirada en reposo. Objeto
cotidiano de la muestra Centenario del MNBA (2009).
Falleció en la Isla Robinson Crusoe, la noche del 27 febrero de
2010.
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