lunes, 7 de mayo de 2012

Publicada Claraboya, novela póstuma de José Samarago

El libro póstumo de José Saramago “Claraboya” fue presentado el mediodía de este jueves a través de una video conferencia por Pilar del Río, presidenta de la fundación que lleva el nombre del Nobel de Literatura de 1998.

“En este libro está contenido José Saramago” afirmó Pilar del Río al referirse a esta edición póstuma. Pero, ¿por qué ahora esta publicación?, ¿cómo es posible que Claraboya siguiera inédita 60 años después? 

La historia resulta tan conmovedora y asombrosa que bien podría haber sido argumento de una de las novelas que el Nobel portugués regaló a los lectores a lo largo de su vida. 

Se convierte en un conmovedor microcosmos que tiene como telón de fondo la dictadura portuguesa de Salazar, la más longeva de Europa; como música ambiental la Tercera Sinfonía de Beethoven, la Marcha Fúnebre de Chopin, La danza de los muertos de Honeggerm y el fado portugués; como autores de cabecera a Shakespeare, Diderot, Eça de Queirós y  una pregunta de Fernando Pessoa que flota en el denso, tantas veces enrarecido ambiente que lo envuelve: « ¿Deberemos ser todos casados, fútiles, tributables?» 

Esto es, en esencia, Claraboya, la obra que José Saramago escribió hace más de sesenta años, entre los cuarenta y cincuenta del pasado siglo, y cuyo manuscrito entregó a una editorial portuguesa en 1953. 

Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago y traductora de su obra, cuenta en el prólogo de Claraboya –titulado El libro perdido y hallado en el tiempo– que una mañana de 1989, Saramago recibió una llamada de la editorial para informarle de que el manuscrito había sido encontrado en una mudanza de sus instalaciones y que considerarían un honor publicarlo entonces. “Obrigado, ahora no”, respondió el autor.

Ese mismo día recuperó su novela y tuvo, por fin, una respuesta por parte de la editorial a la que le había confiado el original de Claraboya, “la que le fue negada cuarenta y siete años atrás, cuando tenía treinta y uno y todos los sueños a punto. Aquella actitud de la editorial del Diario de Noticias le sumió en un silencio doloroso, imborrable y de décadas”, explica del Río. No en vano, Saramago no volvió a escribir hasta veinte años después. 

Aunque sus más cercanos intentaron convencerlo de que publicara Claraboya, “donde ya se observaba lo que después acabaría desarrollando plenamente: su propia narrativa”, una vez recuperada, el autor decidió que no se editaría mientras viviera. 

Ahora, se publica Claraboya, para sus lectores en castellano, quienes también podrán constatar lo que el mismo autor señaló: que muchos aspectos de este libro, el segundo que escribió después de la publicación en 1947 de Tierra de pecado, están relacionados con su modo de ser. 

“¿Cómo es posible que el jovencito de veintitantos años escribiera con tanta madurez, tan seguro, que ya enunciara obsesiones literarias y dejara ver su mapa de trabajo y sentimental de una forma tan explícita? ¿De dónde sacó Saramago la sabiduría, la capacidad de retratar personajes con tanta sutileza y economía narrativa, de proponer situaciones anodinas y sin embargo tan profundas como universales, de introducción? 

Esta es, sin duda, una novela de personajes. En ella están contenidos los personajes masculinos de Saramago, “hombres de pocas palabras, solitarios, libres, que necesitan el encuentro amoroso para romper, siempre momentáneamente, su forma concentrada e introvertida de estar en el mundo”, explica su traductora. 

“También están las mujeres fuertes de Saramago, donde su capacidad transgresora se hace más evidente y descarnada” agrega del Río. 

En Claraboya, hay una mirada lúcida, compasiva, con humor y en el cual experimenta la hipertextualidad, ya que intercala los diálogos de seis familias en igual número de departamentos. Para la época en que fue escrito, sin ser un libro político, rompía los esquemas de la época lo que pudo haber influido para no ser publicado.

Pilar del Río explicó que para quienes recibieron el manuscrito de un escritor desconocido, “era una situación muy fuerte, muy arriesgada el defenderlo ante la censura y la sociedad, para el poco provecho que aportaría. De ahí que el libro se quedara relegado, sin un sí comprometido, sin un no que pudiera comprometer en el futuro”.  La publicación que ahora ve la luz, es por expreso deseo de su autor, que dejó en manos de sus herederos la decisión de su publicación. 

Claraboya es la historia de un edificio en el que viven seis humildes familias cuyos miembros “se ven sucesivamente envueltos en un enredo”, según palabras del propio autor. 

La rutina, el vivir cotidiano, teje hilos invisibles que atrapan y relacionan a los distintos personajes en una trama, que no es otra cosa que la misma vida, donde  –en palabras de Pilar del Río–  “la familia no es sinónimo de hogar, sino de infierno, las apariencias tienen más fuerza que la realidad, ciertas utopías que aparecen como objetivos loables son, páginas después, descritos como relativos, donde se condenan de forma explícita los malos tratos a las mujeres o se narra con naturalidad el amor entre personas del mismo sexo, expresado con angustia personal aunque sin condena por la mirada del autor”. 

Es a través de una claraboya y de manera queda, es que el lector se introduce en cada casa, en cada vida y espía las frustraciones, anhelos, nostalgias, miedos, alegrías y tristezas que por corrientes terminan siendo universales. 

Sin embargo, y a pesar de los años transcurridos entre la escritura del libro y su publicación, la realidad que retrata sigue vigente en Lisboa y en todo el mundo, donde hay miles de personas que día a día se levantan a trabajar, a vivir una dura realidad, pero, que a pesar de la pobreza logran encontrar momentos de belleza en sus vidas. 

José Saramago (Azinhaga, 1922-Tías, Lanzarote, 2010) Premio Nobel de Literatura 1998, es uno de los escritores portugueses más conocidos y apreciados en el mundo entero. En España, a partir de la primera publicación de El año de la muerte de Ricardo Reis, en 1985, su trabajo literario recibió la mejor acogida de los lectores y de la crítica. 

Otros títulos importantes son Manual de pintura y caligrafía, Levantado del suelo, Memorial del convento, Casi un objeto, La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa, El Evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres, La caverna, El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte, El viaje del elefante y Caín. 

También se ha publicado Poesía completa, Cuadernos de Lanzarote I y II, Viaje a Portugal, el relato breve El cuento de la isla desconocida, el cuento infantil “La flor más grande del mundo”, el libro autobiográfico Las pequeñas memorias, El Cuaderno, Saramago en sus palabras y El último cuaderno, un repertorio de declaraciones del autor recogidas en su blog personal y en la prensa escrita. 

Además del Premio Nobel de Literatura 1998, Saramago fue distinguido por su labor con numerosos galardones y doctorados honoris causa. 

Salvajes ilustradoras rompen el molde

Las artistas Sol Díaz, Karina Cocq y Daniela Zomosa ofrecen una mirada imaginativa y diversa sobre las mujeres, alejándose de los estereotipos y explorando las posibilidades de asumir una identidad que rompa el molde tradicional.

¿Por qué Señoritas Salvajes?

Karina Cocq, explica que “es una vuelta de tuerca a las concepciones que la cultura y la sociedad establecen como correctos.  

Tiene que ver con salir de los estereotipos y el molde, asumir la naturaleza propia sin los preceptos que dicta la cultura, las amistades, la familia, las parejas, el trabajo, el arte, etc… ser señorita salvaje es la libre elección que  también se evidencia en nuestra manera de dibujar, cada una elige como expresarse según su instinto o su formación”.

La exposición se inaugura el martes 6 de marzo, a las 19:00 horas en la Sala Novedades de la Biblioteca de Santiago ubicada en Matucana #151 (Metro Quinta Normal). Ese mismo día las artistas autografiarán libros y obras originales que estarán a la venta. La muestra se extenderá hasta el 30 de abril.

Con lápiz, papel, acuarelas y pixeles en mano, el trabajo de estas artistas mezcla el humor negro y sarcasmo en caricaturas que abarcan desde lo más cotidiano: quejas, la comida, ser mujer, la sexualidad hasta temas de contingencia nacional que hasta han dado que hablar en redes sociales.

Una mirada a las mujeres libre de estereotipos es la que presentan 3 jóvenes ilustradoras en “Señoritas Salvajes” muestra la exposición que inaugura la Biblioteca de Santiago con motivo del mes de la mujer.

El Papel del Amigo: caprichos de un curador


Trabajos de Norman Rockwell, Robert Sloan, Henry Koerner, Antón Otto Fischer, grabados de Antonio Seguí, Rufino Tamayo y Antonio Berni, entre cien creadores contemporáneos serán algunos de los trabajos presentados en la exposición “El Papel del Amigo: caprichos de un curador” que se presentará en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) entre el 15 de marzo y el 22 de abril del presente año, y que, a partir de mayo, se mostrará en Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú.

La exposición que reúne siete décadas de coleccionar obras gráficas de diversos formatos y temáticas, pertenecen a la colección de Edward Shaw, y que incluye afiches propagandísticos editados por el gobierno estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.

También se exhibe un dibujo de siete metros de largo del artista chileno Víctor Castillo y la serie Tesoros y Trofeos, que contempla un póster creado por Roberto Matta en apoyo a las protestas de mayo de 1968 en París.

El curador y coleccionista Edward Shaw, da a conocer una selección de la obra gráfica que ha atesorado y muchas, llevan dedicatorias y algunas están acompañadas por cartas con dibujos hechos por los artistas. Son un centenar de obras originales –dibujos, grabados, acuarelas, acrílicos - creadas por los amigos que ha hecho Shaw en sus periplos por América Latina y Europa.

Para Shaw, la exposición es una revisión de todas las amistades que han enriquecido su vida y es un llamado al desafío de coleccionar y compartir los resultados.

“Entusiasmarse por las obras sobre papel es igual de válido y tan enriquecedor como la pasión por la pintura”, explica Shaw, quien comenzó a guardar cada papel que pasó por sus manos desde los siete años.

Partió con afiches propagandísticos, regalados por un tío, impresos en 1943 por el gobierno estadounidense con el fin de conseguir apoyo para las tropas durante la Segunda Guerra Mundial. Éstos incluyen trabajos de reconocidos dibujantes de la época, como Norman Rockwell, Robert Sloan, Henry Koerner y Antón Otto Fischer.

Casi todas fueron regalados o trocadas por objetos de arte tribal o por textos escritos para catálogos. Así, el coleccionista acuñó en su acervo piezas como un afiche de 1956, estampado a mano sobre papel de seda, por el mexicano Rufino Tamayo.

Destacan obras tempranas de Valerio Adami, Antonio Berni (Serie de Ramona Montiel), José Luis Cuevas, Antonio Dias, William T. Wiley, Jan Voss, Lourdes Castro y Rene Bertholo. Los 17 grabados del argentino Antonio Seguí, revelan la evolución del artista desde 1953, cuando tenía 19 años. También se expone un dibujo de siete metros de largo hecho en 2003 por el artista chileno Víctor Castillo.

En la muestra, hay sesenta mapas antiguos de América del Sur, especialmente de Chile y Argentina, dibujados por cartógrafos renombrados de Europa y América durante los siglos XVIII y XIX y que exponen el constante cambio de las fronteras, revelando cómo los límites chilenos llegaron a las cercanías de Buenos Aires en 1780, o cómo el territorio nacional incluía toda la Patagonia en 1850.

Los afiches que ilustran la idiosincrasia de la China de Mao, muestran al líder revolucionario en sus docenas de poses como jefe único de más de mil millones de personas, en tanto que una serie de afiches publicitarios chinos de productos como cigarrillos y cosméticos, comprueban que las tendencias consumistas en este país fueron similares a las del Occidente en la época pre-revolucionaria.

Finalmente, se exhibe la serie titulada Tesoros y Trofeos, con un afiche creado por Matta en apoyo a las protestas de mayo de 1968 en París, así como fotos intervenidas y otras obras que captaron el ojo de Shaw en distintas etapas de su vida en Argentina y Chile.

Este proyecto cuenta con el auspicio de Banco Itaú y el apoyo de Cazuela Films. En este contexto, la exposición en el MNBA será complementada con una exhibición que se realizará en el Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú en mayo del presente año, la que considera obras de 13 artistas junto a su contextualización histórica.

En esta oportunidad, se exhibirán cartas y cheques de Fernando Botero y Antonio Seguí, con quienes Shaw entabló amistad en 1961, cuando los tres eran veinteañeros. El catálogo que da cuenta de ambas exposiciones, será lanzado en la inauguración de la muestra en Espacio ArteAbierto.

Presentan libro sobre transformaciones sociales

Uruguay, Argentina, Chile y Brasil son los países de la región donde se ha producido un mayor desarrollo del estado de la ciudadanía.

Así, lo consigna el libro “Estado de la Ciudadanía: Transformaciones, logros y desafíos del Estado en América Latina” que fue presentado el martes recién pasado en la sala América de la Biblioteca Nacional de la capital chilena.

La presentación del documento, editado por el PNUD, contó con la presencia del subsecretario de la ONU y director de este organismo para América Latina y el Caribe, Heraldo Muñoz.

En el libro, los ejes principales son los avances en los temas sociales y políticos de la región.

Junto al Director Regional estuvieron Ángel Flisfish y Álvaro García en representación de los autores del libro; la senadora Ximena Rincón y el académico PUC Juan Pablo Luna.

En su presentación Heraldo Muñoz, expresó que “el Estado está de regreso en América Latina ya que se observa en la ciudadanía un clamor para que el estado se haga cargo de enfrentar los problemas que se dan en la sociedad, entregando más herramientas para cumplir las demandas ciudadanas”.

“Un Estado vigoroso y protagónico de los cambios que esté en equilibrio con los mercados, sus dinámicas y con las demandas sociales de los ciudadanos es lo que se está requiriendo en estos momentos”, agregó Muñoz.

El libro, está enfocado en los avances y retrocesos en términos sociales y políticos que se han vivido en los últimos años en la zona, además de plantear los desafíos que tiene cada nación y como cada una de ellas ha ido enfrentándolas.

Entre los avances está el mayor control y participación ciudadana en los procesos sociales y en la exigencia de que los estados cumplan con garantizar y proteger los derechos de segunda generación. Además, se puede observar, según el estudio, un retorno al debate junto con un desapego y desconfianza a las instituciones sociales como garantes de esos derechos.

El estudio responde al planteamiento de cómo los estados en democracia en América Latina han dado respuestas a las demandas ciudadanas relacionadas con lo derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

También analiza a nivel global las diversas reformas de los estados para avanzar hacia el desarrollo social y político de sus países, incorporando una concepción sustantiva de democracia que fusiona los valores de igualdad y libertad.

Una de las conclusiones del estudio es que existe la necesidad de darle gobernabilidad a estos procesos de cambios o reformas sociales para que den resultados positivos.

Otro aspecto abordado en el documento es la necesidad de sustentar estas reformas en el tiempo mediante un financiamiento adecuado y permanente para las reformas que piden los ciudadanos que cuando se concreta, no responde a los requerimientos y también, muestra una falta de participación ciudadana.

Obras inspiradas en la Antártica se instalan en la Estación Mapocho

La exposición “Proyecto A”, que considera el trabajo de los artistas plásticos Andrea Araneda y Mauricio Valencia junto a las fotografías de Cristian Cvitanic y la orfebrería de Marcela Alcaíno. El montaje lo completa el pintor Sergio Lay, con obras de su serie Antártica 2012.


Los artistas, tres pintores, un fotógrafo y un orfebre realizaron entre febrero y marzo de este año una travesía artística, desarrollada por el Consejo de la Cultura, que los llevó hasta la Antártica para buscar inspiración y retratar los territorios más australes de nuestro país.

Fruto de esta residencia, este jueves 3 de mayo a las 19:30 horas en el Centro Cultural Estación Mapocho se inaugurará la exposición que muestra el fruto de esta experiencia.

El Ministro de Cultura Luciano Cruz-Coke destacó que “con este proyecto queremos reconocer los fundamentos que dan forma a la identidad de la Antártica Chilena. En la medida en que se conozca el patrimonio natural, científico, e histórica del continente blanco, lograremos cercanía con este territorio y seremos capaces de vincularlo con nuestra historia.”

La residencia se enmarca en el programa Sello Regional del CNCA cuyo propósito es contribuir al desarrollo regional aportando un mayor acceso a los bienes artísticos y culturales de los habitantes de todo el territorio, a través de una obra emblemática cultural que fortalezca su identidad.

“Proyecto A” incluye témpanos retratados en fotografías, paisajes cuyo principal elemento es el hielo; rostros de personajes con vivencias en un alejado territorio y piezas confeccionadas en plata que representan la fauna y su entorno.

Los artistas fueron al continente blanco con la misión de potenciar los rasgos locales, realzando el patrimonio cultural, científico e histórico de la Antártica.

La exposición considera las obras “Catálogo general de los seres humanos de Magallanes y la Antártica Chilena”, de la artista plástica Andrea Araneda que incluye cuadros en óleo sobre tela que retrata el rostro de los personajes que habitan estos gélidos paisajes.

Parte de la fauna y flora del territorio tienen su representación en la muestra a través de la colección de piezas de plata diseñadas por Marcela Alcaíno quien encontró inspiración en microalgas, pingüinos y paisajes.

Los hielos antárticos cobran vida con la pintura realista de Mauricio Valencia compuesta por acrílicos sobre tela de distinto formato que transmiten el sobrecogedor ambiente que reina en el extremo sur. Por otro lado, Cristián Cvitanic se centró en el registro fotográfico de témpanos, que reflejan la intensa luz y contrastes del inexplorado territorio.
La exposición “Proyector A”, permanecerá abierta hasta el 3 de junio y luego se instalará en Punta Arenas.

FCE celebra semana del libro con homenaje a Gonzalo Rojas

En la semana del libro, que comienza el próximo 23 de abril -fecha en que se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor-, Editorial Fondo de Cultura Económica (FCE) desarrollará diversas actividades, poniendo énfasis en la conmemoración del primer aniversario de la muerte del poeta Gonzalo Rojas.

Para honrar al poeta, el próximo miércoles 25 de abril a las 19:00 horas se realizará, en conjunto con la Cámara Chilena del Libro, un homenaje en la Feria del Libro de Plaza de Armas. En la ocasión, el actor Ernesto Anacona interpretará uno de los poemas de Rojas, luego Delia Domínguez, Jaime Quezada y Delfina Guzmán recordarán al poeta.

Además, durante toda la semana estará disponible en la Librería del Fondo Gonzalo Rojas un Libro Abierto para dejar mensajes al poeta. De estos se seleccionarán algunos para publicar en el blog del Club de Lectores Sin Fronteras. También, habrá un descuento especial en los libros del autor y en los textos de Nicanor Parra y Jorge Teillier para los que visiten la librería.

En el marco de la celebración del Día del Libro, que realizará la Ilustre Municipalidad de San Felipe este 23 de abril a las 10:30 horas, se presentará el libro “L’animita” de Oreste Plath, en edición corregida y anotada por Karen P. Müller Turina, hija del destacado folclorólogo, y publicado por FCE.

El 26 de abril a las 11:00 horas se desarrollará la actividad Conociendo el mundo de los libros. Los niños del Jardín Infantil Padre Alberto Hurtado visitarán la librería Gonzalo Rojas, ocasión en la que se les leerá un libro y podrán dibujar lo que más les gustó de la historia.

Para finalizar con las actividades de la semana del libro se realizará Lectura y creatividad junto al niño con bigotes. Esteban Cabezas y Ale Acosta, autores del libro, se reunirán con los más pequeños el domingo 29 de abril a las 18:00 horas en la Feria del Libro de Plaza de Armas.

Claraboya: un calidoscopio de vidas en exposición


A comienzos del mes de marzo de este año, fue presentado al mundo el libro póstumo de José Saramago “Claraboya”.


José Saramago fue un escritor portugués (Azinhaga, 1922-Tías, Lanzarote, 2010) Premio Nobel de Literatura 1998, que se convirtió en uno de los escritores portugueses más conocidos y apreciados en el mundo entero. En España, a partir de la primera publicación de “El año de la muerte de Ricardo Reis, en 1985”, su trabajo literario recibió la mejor acogida de los lectores y de la crítica.

Otros títulos importantes salidos de la mano de Saramago, fueron Manual de pintura y caligrafía, Levantado del suelo, Memorial del convento, Casi un objeto, La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa, El Evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres, La caverna, El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte, El viaje del elefante y Caín.

Además del Premio Nobel de Literatura 1998, Saramago fue distinguido por su labor con numerosos galardones y doctorados honoris causa.

Saramago escribió esta obra entre los años cuarenta y cincuenta y el año 1953 entregó el manuscrito a una editorial portuguesa que muchos años más tarde, la encontraría al cambiar de instalaciones. 

Una mañana de 1989, Saramago recibió una llamada de la editorial para informarle de que el manuscrito había sido encontrado en una mudanza de sus instalaciones y que considerarían un honor publicarlo entonces. “Obrigado, ahora no”, respondió el autor.

Sin esperarlo, Claraboya se trasformó en un testimonio de la Lisboa de la dictadura de Salazar, cuyos habitantes se muestran resignados a las estrecheces económicas, morales y políticas que marcaban la época. Sin embargo, el contexto político es solo un telón de fondo para la narración ya que pareciera que la acción podría transcurrir en cualquier barrio del mundo. 

Prostitución que mantiene a la familia, arrendar piezas de la casa para obtener una entrada extra, que los hijos tengan que trabajar para tener un sueldo más, acoso sexual de parte de los jefes a las empleadas, hacinamiento familiar; malas relaciones de pareja; muerte de hijos y que todo el mundo este enterado de lo que sucede en cada casa son situaciones que se viven en todas partes del mundo. Solo cambian los rostros y el idioma.

Escribía Vicente Verdú en el estimulante ensayo “El estilo del mundo” que “el medio procura vida social. Posee la clave para hacernos imagen y con ello concedernos el don de la circulación mediática. Somos así más vivientes al hacernos imágenes: «imaginándonos». Las gentes más comunes se afanan por aparecer en las pantallas, llegar a ser televisadas, otorgar valor a su vida, conferirle el necesario valor escénico porque sin esa convalidación la vida se vela”.

Claraboya, es una novela construida como si fuera una película, en que las escenas están encadenadas unas a otras, formado una multitud de planos que enlazadas entre si, siguen las emociones de los personajes. Estos planos,  cuentan un trozo de la historia de cada habitante de ese block de departamentos creando una película fina.

Todo ello, envuelto en la luz de ensueño del invierno de una Lisboa que se maneja en el interior, de una dictadura severa y paternalista personificada, por un hombre completamente superado por la dinámica capitalista de la posguerra  y que  logró impedir  la industrialización acelerada conservando, la preponderancia de los sectores agrarios en una época, en la cual sólo existía una industria de pequeñas unidades lucrativa gracias al miserable nivel de los salarios, situación sostenida debido al fuerte desempleo y subempleo y a la total represión de cualquier proceso reivindicativo.

Sin embargo, pequeños momentos como el liar un cigarrillo, un juego de damas, una conversación después de la comida, ir al cine, la lectura de libros, el escuchar música transforma a los personajes en seres libres en medio de la tragedia de sus vidas.

Durante la presentación de la novela, Pilar del Río explicó que “es una novela de personajes con hombres de pocas palabras, solitarios, libres, que necesitan el encuentro amoroso para romper, siempre momentáneamente, su forma concentrada e introvertida de estar en el mundo y las mujeres fuertes, donde su capacidad transgresora se hace evidente y descarnada”.

Pareciera que el lector a través de un tragaluz, de manera tranquila e invisible se introdujera en cada casa, en cada vida y espiara las frustraciones, anhelos, nostalgias, miedos, alegrías y tristezas que por corrientes,  terminan siendo universales.

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