Calama, Copiapó, choclo, locro... son algunas de
las palabras que han llegado hasta nuestros días del kunza, lengua originaria
del pueblo Likan Antai o atacameño, que a pesar de que se consideraba extinta a
fines del siglo XIX, sobrevivió a través
de los topónimos de la zona de Atacama y los cantos ceremoniales andinos.
Para evitar su extinción total, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) decidió
incorporar el kunza dentro de los talleres de recuperación de las lenguas originarias
iniciados durante 2012.
Jorge Retamal Rubio, director de la CONADI, expresó que "esta lengua, es una de la más antigua de los
pueblos originarios y hoy se empieza a recuperar con la enseñanza a niños desde
los 3 años que para lograr nuestros objetivos estamos recurriendo a las pocas personas que
aún conocen el kunza para que nos apoyen y se la enseñen a las comunidades
atacameñas".
Durante la primera serie de talleres realizada
durante 2012 fueron 53 los alumnos de los talleres de kunza, incluyendo niños
de tres años de edad hasta los ancianos pertenecientes a la Asociación Indígena
Calama Andino Costumbrista que aportó 32 alumnos; Asociación Indígena de
Agricultores Regantes del río Vilama con 10 alumnos) y de la Asociación Atacameña
de Sanadores Likan Hampitur con 11 alumnos.
Josette Zuleta, de 13 años de edad dijo que “mi
inquietud por el kunza nació al escuchar a mi abuela hablando en esa lengua,
entonces empecé a investigar las palabras y su significado, hasta que llegué a
escribir un poema en kunza y gané un concurso escolar. Eso me estimuló a seguir
aprendiendo palabras y escribiendo poemas en kunza".
Tomás Vilca, uno de los pocos hablantes con la
capacidad de enseñar la lengua kunza, comenzará a trabajar pedagógicamente con
las personas y comunidades atacameñas. "Este ofrecimiento es muy
satisfactorio porque llevo varios años impulsando esta idea pero no había
contado con el apoyo para trabajar como guía o maestro de quienes quieren
aprender el kunza y esto es urgente, porque prácticamente no existen hablantes de
esta lengua en la actualidad".
Cabe destacar que antes de la llegada de los
españoles, el kunza era la lengua dominante del área atacameña, hablada por los
pueblos que vivían en la zona de San Pedro de Atacama y Lasana, suponiendo los
investigadores que proviene de otras lenguas presentes en los sectores
occidentales de Colombia y Ecuador.
Se conserva en topónimos y
en cantos ceremoniales relacionados con la limpieza de los canales de regadío.
Los topónimos de origen kunza se encuentran principalmente en el norte de Chile
(II Región), en el norte de Argentina (Salta y Jujuy) y el sur de Bolivia.
Antes de la imposición
del aymara, el quechua y el español, los pueblos del área atacameña utilizaban
diversas lenguas locales.
Sin embargo, es el
kunza, cuyo nombre se traduce al castellano como "nuestro", el único
idioma identificado como originario de esta área. Extinguido durante las
primeras décadas bajo el dominio hispano, el estudio del kunza se ha llevado a
cabo, desde la segunda mitad del siglo XX, transformándose en bandera de identidad para la etnia
atacameña, reconocida como tal por la legislación.
Tal como se le conoce, el kunza pertenece a la familia macro-chibcha y sub familia paezano, proveniente de los sectores occidentales de Colombia y Ecuador. La lengua de los atacameños no está agrupada bajo la familia andino-ecuatorial, a la que pertenecen las tres lenguas indígenas que hoy se hablan en Chile continental.
Tal como se le conoce, el kunza pertenece a la familia macro-chibcha y sub familia paezano, proveniente de los sectores occidentales de Colombia y Ecuador. La lengua de los atacameños no está agrupada bajo la familia andino-ecuatorial, a la que pertenecen las tres lenguas indígenas que hoy se hablan en Chile continental.
No muestra parentesco
alguno con las lenguas vecinas: quechua, aymara y otras desaparecidas. La
caracterizan, su falta de flexiones y la
escasez de tiempos verbales, apoyada en la importancia de la expresión corporal
principalmente con las manos.
Incluye conceptos
abstractos como tchanima, dolor; heelata, mentira; ckelchar, verdad; haicktur,
vergüenza; chkausama, vida; mulsim, muerte y términos bipolares como
verdad-mentira, vida-muerte, que revelan aspectos de la realidad sicológica del
atacameña siendo una lengua que refleja la profunda actividad espiritual de las
likan antay, y que actualmente sólo se usa en ceremonias y cantos rituales.
Pero si bien se trata de
una lengua ausente del habla cotidiana, ésta se vincula fuertemente, a través
de los nombres, a la geografía y los poblados atacameños.
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