La literatura, es el arte que
utiliza como instrumento, la palabra.
Este arte, dirige sus
esfuerzos a profundizar en la paradójica naturaleza de los seres humanos. Los
escritores, entonces, a través de la observación, conversación, meditación se
han transformado en los grandes mentirosos que, a través de sus relatos, nos
introducen en la complejidad de nuestra naturaleza.
En agosto de este año,
Editorial Catalonia nos dio la posibilidad de leer unos cuentos escritos por
Jorge Arrate Mac Niven que llevaban por título, “Uñas doradas y otros cuentos”.
Este político, abogado,
economista, académico, investigador y escritor chileno nos presenta ocho
cuentos, cuyas historias, en su mayoría, transcurren en los cerros del puerto
de Valparaíso.
En estos cuentos, se actualiza
una noción de identidad marginal que no parece atarse ni a tiempos ni a clases
sociales determinadas cuyos protagonistas, la mayoría de las veces
mujeres, supeditan su condición humana a los hombres que las acompañan en los
relatos.
Mujeres que entregan la poca
dignidad que tienen en sus vidas, o que entregan sus vidas por los hombres que
viven a su lado.
Jorge Arrate escribe, al igual
que muchos escritores latinoamericanos, sin importarle el destino sus cuentos,
escribiendo porque este arte, se convirtió en una necesidad para él mismo, de
pensar, de reflexionar sobre él y el mundo que lo rodea. Además, de
considerar que tiene el derecho irrenunciable de escribir, de contar lo que ve
a su alrededor.
Mentiras talentosas, son los
relatos de “Uñas, que nos llevan a imaginar
situaciones en las que podríamos estar envueltos, reales en su fantasía,
historias que podrían ocurrirle a cualquiera de nosotros y que
podrían ser relatadas en una reunión de amigos, luego de la frase “oye, se
acuerdan de…?
En muchos momentos, se produce una identificación personal con las situaciones y con los personajes, especialmente con las mujeres, haciéndonos parte de la historia que nos conmueve porque ellas tienen virtudes y defectos como las lectoras de este libro, volviéndolas humanas.
Esa cualidad, es lo que nos ata a las historias de este libro, que nos coge desde la primera línea obligando al lector a no soltarlo hasta no saber, que sintió la Uñas Doradas cuando hizo el striptress en la calle.Tal como decía Juan Emar al preguntarse por la literatura: “Eres como todo, una cosa inventada por los hombres para entretenerse los unos a los otros, para engañarse haciéndose creer que eso es lo grande; para distraerse y no pensar en los misterios que nos envuelven, nos oprimen y nos ciegan…”.