Estrenada en 1879, Casa
de Muñecas de Henrik Ibsen es una de las obras más revolucionarias de la
historia del teatro. Su protagonista, Nora Helmer, desafía las convenciones de
la sociedad burguesa al tomar una decisión que sacudió las bases del
patriarcado en su tiempo y que, más de un siglo después, sigue resonando en
nuevas generaciones.
Considerada una de las piezas
más significativas y montadas del teatro contemporáneo, Casa de Muñecas llega
ahora a Teatro Zoco en una versión actualizada bajo la dirección de Pablo
Halpern, y con un elenco de primera línea conformado por Daniela Castillo,
Emilio Edwards, Nathalia Aragonese, Manuel Peña, Moisés Angulo y Mónica
Illanes.
El propio Ibsen escribió sobre
su obra: “No fue mi intención escribir una obra sobre los derechos de las
mujeres. Mi tarea ha sido la de describir a los seres humanos”. Esta visión
—profundamente humanista y radical para su época— es la que subyace en esta
nueva puesta en escena.
Adaptada por la dramaturga
estadounidense Amy Herzog y traducida al español por Pablo Schwarz, esta
versión actualiza la potencia dramática de la obra y subraya la vigencia del
conflicto.
“Aunque han pasado más de 140
años desde su estreno, los temas centrales de Casa de Muñecas —la
identidad individual, la autonomía personal, las dinámicas de poder en las
relaciones íntimas— siguen siendo profundamente relevantes. El famoso ‘portazo’
final sigue siendo un poderoso símbolo de emancipación personal que trasciende
su contexto histórico”, señala el director Pablo Halpern, quien en 2017 ya
había dirigido Casa de Rosmer, también de Ibsen.
“La adaptación de Amy Herzog
destila la esencia dramática de la obra, eliminando elementos superfluos y
concentrándose en lo fundamental. La escenografía, en cambio –a cargo de Manuel
Morgado–, opta por un realismo que reproduce con detalle un hogar burgués
victoriano. Este contraste entre un texto sintético y un entorno visualmente
clásico crea una tensión interesante en escena”, agrega Halpern.
Un clásico
inagotable
En Chile, una de las versiones
más recordadas de Casa de Muñecas fue la dirigida por Alfredo Castro
en 2006, en el Teatro UC, con Amparo Noguera como Nora Helmer. La puesta en
escena fue reconocida por su rigor interpretativo y por devolver al centro del
debate público los dilemas que propone la obra.
Posteriormente, el texto ha
sido montado en relecturas y adaptaciones, como Persiguiendo a Nora Helmer (2012),
protagonizada por Tamara Acosta en el GAM, que abordaba el legado del personaje
desde una perspectiva contemporánea. En 2018, el Colectivo Zoológico presentó
su propia versión en Matucana 100, con una propuesta escénica moderna y crítica
sobre los roles de género.
Con esta puesta en escena,
Teatro Zoco reafirma su compromiso con el teatro de calidad y con el rescate de
textos fundamentales para el debate y la reflexión. Casa de Muñecas invita
a cuestionar los roles de género y el precio de la libertad individual, en un
montaje que sin duda remecerá al público.
“Trabajar con un texto como el de Ibsen es una suerte. Su estructura está sólidamente construida y los personajes tienen una profundidad psicológica que permite a los actores concentrarse en matices interpretativos en lugar de luchar por dar coherencia a sus motivaciones. Eso nos permitió enfocar la energía creativa en capas más sutiles del montaje”, concluye Halpern.
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