Marcela Paz |
Por entonces, Esther Huneeus —quien más tarde sería conocida como Marcela Paz— tenía 28 años y daba sus primeros pasos en la literatura.
Las
palabras de Alone fueron un decisivo respaldo en su carrera. Guardó esta carta
toda su vida, y ahora, junto a primeras ediciones, fotografías, textos
corregidos a mano, ilustraciones, correspondencia y recortes de prensa, pasará
a formar parte del nuevo Archivo de Literatura Infantil y Juvenil Chilena
Marcela Paz, en la Biblioteca Nacional (BN).
Este
valioso acervo, resguardado hasta ahora por la familia de la autora, fue
entregado oficialmente en una ceremonia realizada este miércoles en el marco
del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil.
La
creación del Archivo de Literatura Infantil y Juvenil forma parte de una serie
de acciones de la Biblioteca Nacional para poner en valor el patrimonio ligado
a la infancia y fomentar la lectura desde los primeros años. En este contexto,
también se anunció la reapertura de la histórica Sala de Lectura Infantil
Margarita Mieres Cartes, inaugurada hace 100 años.
Gracias
a un convenio entre la Subsecretaría de la Niñez, la Subsecretaría del
Patrimonio Cultural y el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, este
espacio de 103 metros cuadrados atenderá a lectoras y lectores de entre 4 y 12
años. Contará con más de 25 mil libros, zonas inclusivas y rincones diseñados
para que todas las niñeces puedan explorar, imaginar y crecer.
La
subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez Dattari, destacó: «En
este Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, queremos reconocer a dos
grupos históricamente excluidos: las mujeres y las niñeces de Chile.
Lo hacemos homenajeando a dos figuras fundamentales de nuestra historia cultural: Marcela Paz, cuyo valioso archivo es entregado hoy a la Biblioteca Nacional, dando origen al nuevo Archivo de la Literatura Infantil y Juvenil, y Margarita Mieres, profesora y bibliotecaria pionera del fomento lector infantil, en cuyo honor recuperamos esta histórica Sala de Lectura.
Este
es el legado que queremos dejar como Gobierno: un país que honra a las mujeres
que nos abrieron camino, que defiende los derechos culturales desde la infancia
y que entiende la lectura como un derecho para todas y todos».
Por
su parte, la subsecretaria de la Niñez, Verónica Silva, enfatizó: «Los libros
son un derecho, y garantizar espacios de lectura para las niñeces es apostar
por un futuro más justo.
Por
eso, junto a la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, avanzamos en el Plan
Integral para el Bienestar de Niñas, Niños y Adolescentes, que contempla la
recuperación de esta Sala Infantil y la implementación de 44 guaguatecas en
bibliotecas públicas de todo el país».
Marcela Paz |
También
se incluyen un cuaderno manuscrito con apuntes sobre técnicas artísticas —que
evidencian su pasión por la escultura—, el misal que mantenía en su velador,
ejemplares de la revista Pandilla (que dirigió a fines de los años 50) y una
edición conmemorativa de la primera edición de Papelucho, realizada en honor a
su Premio Nacional de Literatura en 1982.
“Estamos
muy felices y agradecidos por la confianza de la familia de Marcela Paz, una
autora que tiene un profundo vínculo con nuestra institución”, señaló Soledad
Abarca, directora de la Biblioteca Nacional.
“Este
material será catalogado, digitalizado y puesto a disposición de investigadores
y público general para que se conozca la diversidad y legado de una autora
fundamental para los niños y niñas de Chile”, agregó.
Durante
la ceremonia, sus hijos Ricardo y Paula Claro, junto a su nieta María Elena
Ruiz-Tagle, leyeron un fragmento de «Papelucho en la clínica».
Papelucho |
Sin embargo, estamos seguros de que es la mejor decisión para que lectores, investigadores y amantes de su obra puedan acceder a su historia. Estamos convencidos de que será conservado y resguardado de la mejor forma en la Biblioteca Nacional, y con ello, formará parte del patrimonio y la investigación de la literatura nacional».
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