jueves, 29 de mayo de 2025

Por qué escribir a mano sigue siendo clave para los seres humanos

En una era en que las pantallas dominan desde la infancia, el papel y el lápiz aún tienen un rol fundamental que no debe subestimarse. Aunque hoy las niñas y niños crecen rodeados de tecnología, fomentar la escritura manual sigue siendo clave para su desarrollo cognitivo, emocional y motriz.

“Escribir a mano activa muchas áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, la memoria, la atención y la motricidad fina, y lo hace de una forma que las pantallas simplemente no logran”, explica Karla Anavalón, Directora Editorial de Caligrafix, reconocida editorial chilena especializada en recursos educativos.

Según diversos estudios, las niñas y niños que escriben a mano procesan la información con mayor profundidad, recuerdan mejor lo aprendido y desarrollan una mejor comprensión lectora. Además, este tipo de escritura fortalece la coordinación ojo-mano y mejora la destreza de los dedos, habilidades esenciales para múltiples actividades cotidianas.

Pero más allá de lo académico, la escritura a mano tiene un valor emocional. “En un mundo que va rápido y estimula lo inmediato, la escritura manual invita a detenerse, a observar y a construir pensamiento con calma. 

Llevar un diario, por ejemplo, puede ser una excelente forma de liberar tensiones, expresar lo que sentimos y fortalecer la autoestima”, enfatiza Karla Anavalón, Directora Editorial de Caligrafix.

Escribir con sentido en tiempos de pantallas 

Desde su experiencia en Caligrafix, Anavalón señala que la clave para motivar a escribir no está en competir con la tecnología, sino en hacer de la escritura una experiencia significativa.

“Hemos visto que las niñas y niños se animan a escribir cuando lo que hacen tiene sentido para ellos y en un mundo lleno de estímulos digitales, queremos que el lápiz y papel no sea una obligación, sino una oportunidad para expresarse, crear y pasarlo bien”, afirma.

Para ello, la editorial ha identificado estrategias simples y efectivas que pueden aplicar tanto docentes como familias:

Proponer temas cercanos: Invitar a las niñas y niños a escribir sobre su mascota, su comida favorita o una anécdota divertida.

Usar materiales atractivos: Un cuaderno bonito, lápices de colores o un “kit de escritura” especial pueden hacer la diferencia.

Escribir sin presión: Dejar que escriban libremente antes de corregir ortografía o redacción

Combinar dibujo y escritura: Partir con una imagen y luego desarrollar una historia

Establecer rituales: Escribir juntos una vez por semana crea hábito y cercanía

Celebrar sus textos: Leerlos en voz alta, compartirlos o pegarlos en la pared refuerza su autoestima

Evitar comparaciones: Cada niña y niño avanza a su ritmo. Valorar el proceso es clave

No forzar tiempos largos: La escritura debe ajustarse a sus capacidades motrices.

Supervisar postura y entorno: Asegurar una buena iluminación y ergonomía favorece el aprendizaje.

Usar rieles de escritura: Ayudan a trabajar la forma de las letras y la coordinación visomotriz

Materiales que motivan a escribir

Los recursos educativos de Caligrafix se han consolidado como aliados valiosos para educadores y familias. En particular, destacan dos líneas enfocadas directamente en el aprendizaje de la escritura:

Trazos y Letras: Cuadernos que promueven el desarrollo de la lectoescritura desde los 4 años, con actividades que estimulan la motricidad fina, la coordinación visomotriz y el reconocimiento de letras y palabras, de forma lúdica y progresiva

Cuadernos de Caligrafía: Diseñados para apoyar el desarrollo de la escritura desde 1° a 6° básico, estos cuadernos ofrecen una variedad de formatos (ligada, script, vertical, horizontal y cuadrícula 5x5), que permiten adaptarse a diferentes estilos de aprendizaje y niveles de desarrollo motriz. Su enfoque inclusivo busca responder a las diversas necesidades educativas.

Ambas líneas incluyen también actividades digitales y experiencias de realidad aumentada desarrolladas junto a PleIQ, lo que permite complementar el aprendizaje manual con estímulos visuales y auditivos atractivos para los estudiantes, sin reemplazar el valor central de escribir a mano.

“Buscamos que lápiz y papel no compitan con la tecnología, sino que convivan con ella como espacios complementarios de exploración, expresión y crecimiento”, subraya Karla Anavalón.

En un mundo acelerado y digital, dar espacio a la escritura manual no es retroceder: es brindar a niñas y niños una poderosa herramienta para pensar, sentir y aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Travesía textil”: Obra monumental creada para celebrar los 175 de CCU

Una instalación textil se despliega en la explanada de la Sala de Arte CCU como resultado de un trabajo colaborativo que convocó a más de 50...