sábado, 12 de octubre de 2024

La antología de Horacio Salinas ya se puede encontrar en formato vinilo

 Cuando llegó la década de los 80, Horacio Salinas vivía el exilio en Roma, junto a Inti-Illimani, y buscó otros cauces creativos.

En el primer año de la década, compuso música para la película Il mondo degli ultimi (1980), de Gian Butturini, y desde esas partituras luego brotarían dos clásicos del grupo: “El equipaje del destierro” y “Palimpsesto”, ambas con letra de Patricio Manns.

En los años siguientes, aportó su música para Avskedet (1981), de la directora finlandesa Tuija-Maija Niskanen, y Die Kolonie (1985), del chileno Orlando Lübbert, así como para una versión italiana de Bodas de sangre (1983), bajo la dirección de Mariano Rigillo.

Parte de esa música llegó a escucharse en un cassette editado por el sello Alerce, en 1986, mientras que Salinas continuó trabajando en paralelo a Inti-Illimani. En los años 90, hizo música para el recordado programa Al sur del mundo, por ejemplo, y cuando dejó el grupo grabó Remos en el agua (2003), un disco solista basado en poemas de autores como Jorge Teillier y Nicolás Guillén. 

Difundidas en su momento, la mayoría de esas publicaciones fueron relegadas por el paso del tiempo y hoy es muy difícil encontrarlas en sus formatos originales.

Por eso, el sello discográfico Aula Records las reunió en Música imaginada, una antología que desde el año pasado estaba disponible en CD y formato digital, pero ahora tiene una edición de lujo: una caja con cinco vinilos de doce pulgadas, con arte encargado al artista Pablo Echaurren, hijo del pintor Roberto Matta, y un librillo con detalles de las grabaciones y fotografías inéditas.

Específicamente, la edición en vinilo de Música imaginada contiene dos volúmenes con obras para teatro, cine y televisión, compuestas entre Europa y Chile, desde 1980 a 1997.

El tercer volumen es una reedición de Remos en el agua, la primera en vinilo para un álbum que congregó a intérpretes que luego serían parte de Inti-Illimani Histórico, como Camilo Salinas, Fernando Julio y Danilo Donoso, y a próceres fallecidos en años recientes, como el trompetista Cristián Cuturrufo y el trombonista Héctor “Parquímetro” Briceño.

Los dos últimos discos están reservados para piezas que hasta ahora habían permanecido inéditas: Río, creada en 2006, para una obra de videodanza de la coreógrafa Mariela Cerda; y Suite Patagonia (2023), una obra grabada por la Orquesta Usach, en el Teatro Aula Magna, junto a miembros de Inti-Illimani Histórico.

“Para mí, esta antología es como un baúl de recuerdos, de músicas entrañables, que he hecho en momentos a veces difíciles y han encontrado una sensibilidad en este espacio de la Usach, que agradezco muchísimo”, dice el compositor y guitarrista. 

“Giuseppe Ungaretti, un poeta italiano, decía que lo importante es que los poemas contengan un secreto. Yo creo lo mismo sobre la música, que contiene un secreto, y esto me habla de un secreto que ha sido entendido por otras personas.Es muy satisfactorio, porque creo que así se cumple con el sentido de utilidad pública del arte, de mostrarnos otro aspecto de la realidad, esta fantasía que nos libera un poco de la vida dura y a veces tremendamente racional en la que tenemos que ir caminando. El arte pasa a ser un refugio”, reflexiona.

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