viernes, 31 de julio de 2015

Nuevo ciclo de cine catalán



Un nuevo ciclo de cine catalán se inaugurará el próximo sábado 8 de agosto del presente año en el Café Literario Parque Balmaceda (Av. Providencia 410).

Estas películas muestran diferentes períodos de la historia actual de Cataluña.

Abre el ciclo, Cosas que nunca te dije, de Isabel Coixet, siendo exhibida el 1º de agosto.

Su trama gira en torno a Ann, una dependienta de una tienda de fotografía, que se ha trasladado a una ciudad que le es ajena para estar cerca de Bob. Pero un día él la llama para cortar su relación con ella y Ann intenta suicidarse.

Al salir del hospital, la enfermera le recomienda que llame al "teléfono de la esperanza", donde trabaja como voluntario Don, un vendedor de casas que la ayuda por teléfono.

La segunda película, Pan negro (Pa negre) es una escrita y dirigida por Agustí Villaronga y el guión se basa, principalmente, en la novela homónima de Emili Teixidor. La película se proyectó por primera vez el 21 de septiembre de 2010 en el Festival de san Sebastián. Se proyectará el 8 de agosto.

En los duros años de la posguerra en Cataluña rural, Andreu, un niño de 11 años cuyo padre pertenece al bando republicano, encuentra en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. Las autoridades quieren cargarle las muertes a su padre, pero él, para ayudarlo, intenta averiguar quiénes son los auténticos responsables.

Mientras duermes, que se mostrará el 15 de agosto, es una película catalana del género suspense y fue estrenada el 14 de octubre de 2011, dirigida por Jaume Balagueró y escrita por Alberto Marini.

César es un portero de un edificio, que controla, conoce y fisgonea la vida de sus inquilinos. Dándose cuenta del poder que tiene por conocer sus hábitos, secretos y puntos débiles, trata de transformar sus vidas en una pesadilla. La nueva vecina del 5ºB feliz y sonriente será el reto perfecto para César.

La última película, Los niños salvajes (Els nens salvatges) fue estrenada en 2012 y dirigida por Patricia Ferreira.

Àlex, Gabi y Oki son compañeros de instituto. Cada uno pertenece a una clase social, pero tienen en común sentirse incomprendidos por sus padres. Àlex tiene habilidad para dibujar grafitis. Una universidad de Ámsterdam organiza un curso de verano para esta especialidad y decide trabajar para ganar dinero y poder asistir, saltándose las clases del instituto.

Julia, la orientadora del centro. Está más preocupado de su participación en un campeonato que de sus notas. Oki asiste al mismo gimnasio a clases de flamenco por voluntad de su madre, y a la salida se suele juntar con Gabi, el cual se hace amigo de Àlex a raíz de defender entre ambos a un compañero en una pelea. Entre los tres nace una amistad que les llevará a consecuencias inesperadas.

Fue nominada en la XXVII edición de los Premios Goya en las categorías de mejor revelación (Álex Monner) actriz revelación (Cati Solivellas) y mejor canción original por Líneas Paralelas de Pablo Cervantes.

Luis Romero Cors, Presidente de la Agrupación de Profesionales de Origen Catalán, expresa que “apoyamos estas actividades relacionadas con la cultura catalana porque nos interesa y obliga promoverla en Chile.

Esta muestra de cine, nos transmite desde múltiples dimensiones una riqueza narrativa que nos proyecta, de manera muy eficaz, la cultura catalana”.

“El cine utiliza al hombre para expresar y transmitir verdades, modelos y valores; conocimientos y experiencias extraídas de hechos sucedidos o no. Recrea y reconstruye nuestra vida personal y social como también, de los habitantes de un pueblo y en nuestro caso particular, obviamente, el de nuestra querida Cataluña” añade Romero Cors.

Esta muestra cinematográfica es patrocinada por la embajada de España en Chile; el Centro cultural de España en Chile; el Instituto Ramón Llull; el Café Literario Balmaceda; la Municipalidad de Providencia y por la Agrupación de Profesionales de Origen Catalán.

Las películas, están subtituladas en castellano exhibiéndose todos los sábados de agosto y la entrada, es liberada.

martes, 28 de julio de 2015

Últimos días de exposición de Cristóbal Toral.



La exposición CRISTÓBAL TORAL. LA POÉTICA DEL VIAJE que está integrada por más de 50 pinturas, acuarelas y esculturas y cuyo eje central son los viajes, la figura humana y el bodegón estarán expuestas hasta el próximo domingo 2 de agosto en la Corporación Cultural de Las Condes ( Av. Apoquindo 6570, Las Condes).

Esta muestra, que exhibe lo mejor de la obra reciente del destacado artista español está compuesta por un conjunto de medio centenar de obras elaboradas con diversas técnicas, óleo, acuarela, escultura, collage y lápiz, que da cuenta de la versatilidad y vigencia del pintor andaluz.

El hilo conductor de la exhibición es el viaje, el éxodo, el desplazamiento de un lugar o estado a otro. Por eso, en todas las obras es posible encontrar maletas, bolsos o cajas de embalajes. Incluso, en una de las salas –tal como lo hace en todas sus muestras alrededor del mundo- el autor dispuso una serie de maletas antiguas a modo de instalación, como una forma de materializar lo que se refleja en sus escenas.

La muestra también se expone en la sala de la Fundación Itaú, pero en ese espacio el tema cambia de las maletas a los bodegones. En esta parte de la colección aparecen jugosas e ingrávidas frutas en composiciones cercanas al realismo mágico.

Ambos lugares, dan una visión del por qué Cristóbal Toral es considerado uno de los renovadores del realismo en España y por qué su obra tiene seguidores en los cinco continentes.

Para la inauguración viajó especialmente a Chile junto a su hija María Toral, historiadora del arte y curadora de la exposición.

Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes expresó que “Cristóbal Toral pertenece a aquella generación de pintores que renovó el realismo en España y a partir de situaciones concretas y cercanas, elabora un imaginario plagado de citas poéticas. Su propuesta incluye siempre al espectador, quien se siente partícipe de los relatos visuales que configura en sus obras. Tenerlo de vuelta es todo un privilegio, más aún después de la monumental muestra antológica que montó en Madrid el año pasado”.

Por su parte, Boris Buvinic, vicepresidente de Fundación Itaú, expresa. “Siempre es un agrado poder acercar a la gente exposiciones de alto nivel. Esta alianza nos permite ofrecer tanto a nuestros clientes como al público en general la obra de un consagrado artista en vida”.

Milan Ivelic, miembro del directorio de Fundación Itaú, dijo que “esta exposición viene a recordar lo vivido el año 2000 en el Museo Nacional de Bellas Artes, cuando el artista presentó una retrospectiva. Hoy trae a Chile su reciente trabajo realizado hasta el 2015. Su obra es una lección de pintura. Quien la contemple logrará una relación empática con ella, pues retrata lo cotidiano con atributos ficcionales. Al pintar lo visible, hace posible lo invisible”.

Nacido en 1940 en Cádiz, Cristóbal Toral es uno de los pocos pintores que ha entendido la vanguardia a su manera y su obra es conocida en todo el mundo. Mezclando una figuración realista con imágenes oníricas, sus cuadros hablan de viajes y trayectos, reales o imaginativos, porque según él “nunca como en este siglo se ha viajado tanto y se ha visto tanto equipaje”.

Toral se formó en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, y Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde posteriormente impartió clases. Su obra ha sido objeto de numerosas exposiciones en algunas de las salas más importantes de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

La exposición de la obra reciente de uno de los más importantes pintores realistas contemporáneos de España, Cristóbal Toral, llegó a Chile gracias al esfuerzo conjunto de la Municipalidad de Las Condes, Fundación Itaú y la Corporación Cultural de Las Condes.

La exhibición estará abierta hasta el domingo 2 de agosto en las Salas de Exposición. Centro Cultural Las Condes, de martes a domingo entre las 10:30 y las 19:00 horas

En Espacio ArteAbierto, Fundación Itaú (Apoquindo 3457) estará abierta a público de lunes a viernes entre las 9:00 y las 14:00 horas

La entrada es liberada.

lunes, 13 de julio de 2015

El barco de los esqueletos: faltó magia.



El Mar, tan bello como misterioso, tan sereno como terrible tiene un extraño poder de atracción sobre las personas, dejando una profunda huella en la humanidad ya que con el correr del tiempo se han ido creando mitos, leyendas y creencias sobre océanos, mares y las criaturas, que muchas monstruosas, que los habitan.

Según Sonia Montecino, “la memoria que hay en los mitos nos pertenece a todos y todas porque es el fruto de la experiencia humana, de su creatividad y de su fascinación en responder a las preguntas del cosmos; como los sueños, los mitos siempre proponen acertijos, preguntas y no verdades absolutas, nos están llamando todo el tiempo a pensar sobre nuestra condición humana y sobre nuestra íntima y estrecha relación con la naturaleza, con la materia viviente que forma parte de la existencia.

Los Mitos y Leyendas rescatan esas historias simples de los Pueblos, unas más ricas, otras más sencillas, pero siempre relacionadas con temores y miedos a lo extraño y desconocido, especialmente, ante hechos o sucesos que afectan la vida de un pueblo lo que las transforman en expresión popular.

Detrás de los Mitos y Leyendas hay una constelación de imágenes simbólicas en las que se expresan la imaginación, las creencias, lo desconocido, el asombro y la necesidad de explicarse el mundo en que vivimos.

A veces, éstas provienen de hechos reales, sucedidos en una época remota, que, con el correr del tiempo, al contarse y recontarse se transforman, se enriquecen con elementos mágicos y adquieren dimensiones más allá de lo real, así la imaginación popular forma parte de la tradición y define la Identidad Cultural de nuestro Pueblo.

Es por eso que encontramos muchos relatos fabulosos, que es necesario rescatar y dar a conocer”.

En el blog, Urbatorvm, Criss Salazar, explica que “quizás Chile sea uno de los países con más leyendas de barcos fantasmas en el mundo, aunque la mayoría de la gente reconozca sólo casos como el Caleuche” y en menor medida "El Lucerna", ambos en Chiloé, además del más moderno mito del lanchón "Mytilus II" (de la supuesta Comunidad Frienship) y, más al Norte frente al Maule, al siniestro "Oriflama".

En 1913, un barco fantasmagórico ancló en la austral ciudad de Punta Arenas luego de navegar a la deriva por 23 años. La tripulación, o lo que quedaba de ella, estaba compuesta de cadáveres y los huesos del capitán se aferraban al timón como tratando de llevar la nave en contra del viento austral.

De esa historia se trata “el barco de los esqueletos”, libro escrito por Óscar Barrientos Bradasic y publicado por Pehuén Editores dentro de su colección efímera.

De acuerdo a la leyenda, en octubre de 1913 y a la hora del crepúsculo, apareció de pronto en la mar un extraño navío que parecía andar a la deriva y su marcha al garete, alertó al velero inglés "Johnston cuyos marineros le hicieron señales de luces sin que recibieran respuesta alguna. Visto lo anterior, el capitán envió a seis de sus marineros en un bote para que intentaran reconocerla y si no había indicios de estar ocupada la abordaran. Al acercarse al barco, los marinos se dieron cuenta que estaba totalmente abandonado, sin tripulación y sus velas desgarradas y hechas jirones por el viento.
"Marlborough" podían leer con dificultad cerca de su proa.

Al subir a bordo, encontraron un esqueleto completo cerca del timón que giraba ala deriva. Al inspeccionar el barco, encontraron tres esqueletos en el pañol seis en el puente y diez en los dormitorios de la tripulación.

El "Marlborough" continuó a la deriva hasta perderse por el Estrecho de Magallanes, desapareciendo para siempre al parecer durante una tormenta que siguió al encuentro, o pereciendo quizás tragado por sus aguas, o bien estrellado contra sus bordes. Nadie lo sabe con seguridad.

Según la investigación realizada por el reporte de este encuentro al registro naviero y este informó que se podría tratar de un barco, del mismo nombre, había zarpado con sus bodegas cargadas de lana y carne congelada desde el puerto de Lyttelton, Nueva Zelanda, al mando del Capitán W. Hird el 11 de enero de 1890. La nave de 1.124 toneladas, había sido construida por Robert Duncan en Glasgow y arrojada al océano en junio de 1876.

Al zarpar, iba con 23 tripulantes y 8 pasajeros. Jamás llegó al puerto de Londres y al perderse todo rastro de él se hizo una investigación que si naufragó no fue por la forma en que iba cargado sino por algún desastre natural al que se enfrentó en el camino a Europa perdiéndose en la niebla y en el baúl de los tiempos.

Sin embargo, a pesar de que la historia engancha con entusiasmo, se extraña cierta continuidad narrativa ya que el autor cambia de planos muy fácilmente y no se entregan las claves para que el lector sepa que ocurrió finalmente con el barco.

Una narración encanta en la medida en que el autor logra que la realidad se mezcle con la ficción y con el misterio, de modo que el lector pueda ir hacia enigmas que siempre han embrujado a los seres humanos como son la identidad, la libertad y la fina línea que separa la realidad con la ficción, logrando fusionarla en una sola figura haciendo que la ficción se apodere de la percepción.

De esa manera el lector se ve inmerso en un mundo fantástico donde la magia del relato lo envuelve y lo convierte en el protagonista de la trama de la historia, viendo como los personajes irreales se comportan como seres humanos, es decir como dioses y demonios mostrando el contrapunto entre el bien y el mal.

Al autor de este libro, le faltó mezclar un poco más la fantasía con la realidad porque el título prometía mucho pero, desilusiona al quedarse solo con la historia porque habría sido mucho mejor, lograr que el lector se ilusionara con encontrarse con el barco de los esqueletos en medio de una navegación por los mares del extremo austral.  

Eso faltó: la magia.


sábado, 4 de julio de 2015

Fallece el empresario catalán Cristián Aguadé

A la edad de 94 años y luego de una larga enfermedad, falleció el empresario catalán Cristián Aguadé Cortes.

Cristián Aguadé nació el 21 de febrero de 1921 en la ciudad de Barcelona y llegó a Chile a fines de 1939, a los 18 años de edad, junto a un grupo de refugiados de la Guerra Civil española en el Formosa, un barco de carga francés. Casado con Roser Bru i Llop, prestigiada pintora, tuvo dos hijas con ella.
 A los 17 años ingresó al Ejército Republicano, pero un año más tarde tuvo que salir junto a estos combatientes y los refugiados rumbo a Francia. Su padre que era político, esperaba que con la guerra europea cayera Franco. Como eso no sucedió y a pesar de que su familia se quiso quedar, los Aguadé también cruzaron la frontera hacia París.

Hijo del médico Jaume Aguadé, primer alcalde de Barcelona y ministro del Trabajo del gobierno español durante la Guerra Civil, Cristián tenía 18 años cuando se embarcó hacia Chile en noviembre de 1939. “Mi padre me despidió en el muelle de Le Havre y antes de que zarpara el barco les gritó a sus amigos: "¡Cuídenmelo!''. "Fue la última vez que nos vimos'', recordó Aguadé en sus memorias.

En su equipaje traía algo de ropa y unas cuantas fotos familiares que hoy ilustran parte de su libro "Lucha inconclusa: memorias de un catalán exiliado a Chile'', un relato autobiográfico que surgió de la idea del escritor, también catalán, Juliá Guillamon, escrito con una mirada propia y ajena a la vez.
“Mi pasaporte decía "electricista'', oficio que nunca estudié pero que me permitió embarcarme a Chile. Aquí, nuestra conexión con Cataluña era el Centre Catalá donde se acogió a los emigrantes catalanes”, contaba en sus memorias.

Aquella guerra iniciada en 1936 culminó con la derrota republicana en abril de 1939 y como consecuencia de la misma, en la medida que la las tropas franquistas iban tomando Cataluña, el 15 de enero tras la caída de Tarragona, se inicia un exilio masivo cuya marcha fue protagonista en las carreteras catalanas que conducían a Francia.

La pregunta que quedó es por qué la población civil que no tenía responsabilidades políticas ni militares, ¿por qué huyó? Según la escritora Teresa Pàmies “la masa de la población civil seguía el impulso colectivo de creer de que en Francia encontrarían al marido, al hijo, al padre, al hermano y que pasada la borrasca retornarían a la vida de familia, trastocada por la vorágine de la guerra.

México, Chile y República Dominicana fueron los países sudamericanos que, oficialmente, aceptaron a los republicanos españoles.

En esta nueva emigración a América, quedo asociada a la memoria colectiva los nombres de los barcos que transportaron a un gran número de refugiados entre 1939 y 1940.

Flandre, Sinaia, Ipanema y Mexique llevaron los refugiados a México; Winnipeg y Formosa a Chile; Massilia en Argentina y el Stanbrook hacia Orán significando el inicio de una vida nueva y un pasaje a la esperanza.
Corrector de pruebas de imprenta en la Editorial Nascimento; pintor de paredes, fabricante de juguetes fueron los primeros trabajos en Chile de Aguadé.

Cristián Aguadé dejó su huella en el diseño chileno al fundar Muebles Sur, hace sesenta años, gracias a la inspiración de Germán Rodríguez Arias y con la ayuda de su socio Claudi Tarragó i Borràs, sin tomar un lápiz pero colaborando en la proyección de objetos y también inventando muebles y ambientando recintos que bien podrían ser los dominios de un hombre joven.

Dedicado a combatir el régimen franquista, su actividad como escritor fue de artículos y discursos, sobre todo en el Centre Catalán de Santiago de Chile, el que llegó a presidir. Impulsado a escribir sobre la memoria histórica reivindicada por la nueva democracia española, publicó su autobiografía titulada Lucha inconclusa. Memorias de un catalán exiliado a Chile publicado en marzo de 2009 bajo el sello de la editorial Catalonia y en Cataluña, como Memories d’un Catalá de Xile por Editorial La Magrana de RBA.

"No me siento inmigrante, sino un exiliado político de la Guerra Civil Española. Mi lucha está inconclusa en lo político. Los catalanes no hemos terminado con el centralismo español que nos tiene agobiados desde hace 300 años'', acotaba en su libro.

Al escribir "Lucha inconclusa'' no pensó en una biografía personal, sino en hacer una historia política de la guerra civil, del exilio y de la recuperación de la democracia en España. “Yo tenía una misión para cumplir que no era líder, sino ser leal a una causa”, escribió en sus memorias.

En muchas ocasiones viajo a Cataluña, donde trabajaba en política clandestina para reponer el gobierno catalán en exilio, la Generalitat de Catalunya, siendo el representante en Cataluña de Josep Tarradellas- presidente del gobierno catalán en el exilio durante el franquismo- y participó, de la transición política que preparó a Cataluña para el nuevo escenario tras la muerte de Franco hasta que Tarradellas pudo regresar a Barcelona.

"Voy a jubilar cuando me llegue la muerte... Estoy tratando de escribir reflexiones de senectud. Qué es lo que nos pasa en esta cuarta edad. Escribo cuentos, porque si no sería una novela inconclusa'', explicó cuando contó que trabajaba en un libro de relatos que más tarde darían vida al libro “Memorias de un viejo impertinente” también publicado por Editorial Catalonia.

Cristian Aguadé, el hombre cuya vida transcurrió a través de dos hilos conductores como fueron la política y la identidad catalana, falleció a la edad de 94 años.

Semana Santa llega al Teatro Universidad de Chile

El tradicional concierto de Semana Santa que cada año ofrece la Orquesta Sinfónica Nacional junto al Coro Sinfónico Universidad de Chile, ll...